“Cuando mi hija empezó con el camión yo iba con ella para acompañarla, y la gente de los pueblos salía a vernos porque no era normal encontrar a dos mujeres en la cabina de un camión. Ahora me quedo al cuidado de sus hijos para que pueda salir de madrugada a conducir”, comentaba Sagrario Hernando madre de la camionera Silvia Delgado cuya trayectoria laboral fue ayer destacada en un acto organizado por la Federación de la Mujer Rural (Femur). En este mismo acto María Jesús Cuesta comentaba que ella y su madre Paquita Santamaría eran capaces solas de dar la vuelta a un bloque de piedra de 200 de kilos en su taller de Cantera Cuesta.
Los testimonios de mujeres emprendedoras y luchadoras se fueron sucediendo cargados de anécdotas en el “desayuno informativo” que convocó Femur coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Mujer. El encuentro fue conducido por la periodista y escritora Nieves Herrero, que fue premiada en 2007 por Femur por su labor periodística.
La organización presidida por la segoviana Juana Borrego ha querido este año rendir homenaje a las pioneras, mujeres que han abierto brecha en sectores laborales masculinizados donde hace pocos años era inimaginable ver a trabajadoras y empresarias y donde aún su presencia es minoritaria.
Durante el acto, organizado en el Torreón de Lozoya, se destacó la trayectoria de la bodeguera Blanca Acebes al frente de Bodegas Cantamora (Pesquera de Duero, Valladolid), de la cantera Paquita Santamaría que junto con su hija María Jesús Cuesta extrae y transforma la piedra «rosa Sepúlveda» en el pueblo segoviano de Aldehuelas de Sepúlveda, de la empresaria Higinia Martín González que abrió y mantiene una residencia para personas mayores en Aldeaseca (Ávila), de la camionera arandina Silvia Delgado que desde los 21 años viaja por las carreteras con vehículos pesados de la empresa de transporte familiar, y de la escultora Mercedes Jiménez que se enfrentó a las previsiones familiares para dedicarse a las Bellas Artes y siempre crea obras con nombre de mujer.
La periodista Nieves Herrero ensalzó el sacrificio, la ilusión, la superación, la lucha, el impulso y la empatía que caracteriza y une a las mujeres, cuya situación de desigualdad, según indicó, se ha agravado con la crisis. Acto seguido las participantes expusieron sus experiencias y testimonios. Así Blanca Aceves aseguró que entre viñas y toneles hace de todo y está encantada porque entiende que el trabajo hay que dignificarlo, no tiene remilgos y lleva los genes de su madre que era una verdadera “jabata”. Sin embargo, explicó que en “las ferias me siento peor” porque es centro de miradas curiosas y es tratada de forma diferente a los bodegueros.
Paquita Santamaría ha sido más de una vez confundida con un hombre en la cantera que su familia tiene en el pueblo segoviano de Aldehuelas de Sepúlveda, donde extrae, corta y trabaja la piedra sin limitaciones de peso o volumen porque de forma insistente aplica el dicho de más vale maña que fuerza. Tampoco parece que el tamaño cuente para Silvia Delgado una camionera que lleva “un bicho” de más de 40 toneladas de peso y doce metros de largo a sus espaldas. Estudió corte y confección para hacerse su propia ropa pero cuando su padre la propuso que entrara a trabajar en la empresa familiar Auto Desguace Transmovil no lo dudó ni un minuto. Con 21 años se sacó el carné de camiones y desde entonces desarrolla con total normalidad su tarea diaria. “Con el camión no hago ni más ni menos que un hombre”, comentó la arandina Silvia Delgado que a la hora de compatibilizar este trabajo con la vida familia encuentra ventajas y desventajas. Si bien tiene que dejar de madrugada a su madre cuidando a sus hijos, también tiene la recompensa de regresar pronto y disfrutar las tardes con ellos.
La empresaria Higinia Martín, titular de un centro para personas mayores, se siente muy orgullosa de lo que tiene y ha conseguido con el único apoyo de Juana Borrego porque asegura haber encontrado trabas en sus inicios tanto por parte de hombre como de mujeres, por eso no la gusta hacer ningún tipo de diferenciación de género a la hora de hablar de trabajo.
Mercedes Jiménez dedica cada una de las esculturas que realiza a una mujer porque su creación artística tiene también un mensaje reivindicativo. Asegura que es escultora porque se ha empeñado en llegar a serlo aunque para ello ha tenido que hacer dos carreras y desmarcarse de los planes familiares que la situaron en un despacho de aparejadores.
