En medio de las celebraciones y del feliz desenlace de la mayor operación de salvamento subrerráneo de la historia, tras el rescate de 33 mineros que durante 70 días sobrevivieron a 700 metros de profundidad, el Gobierno chileno se comprometió ayer a mejorar la fiscalización de las empresas para evitar accidentes causados por incumplimiento de las normas de seguridad, como ocurrió el pasado 5 de agosto.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, que ayer se reeencontró en el hospital con los 33 héroes del yacimiento de San José , quiso trasladarles su invitación a visitar su residencia en el Palacio de La Moneda el próximo 25 de octubre. En principio, se informó de que los afectados deberían permanecer 48 horas en el centro sanitario, pero el subdirector del centro, Jorge Montes, indicó que «la mayoría se han comportado muy bien desde el punto de vista médico» y recibirán el alta antes de lo previsto. En la amena conversación con los operarios ingresados, el máximo mandatario del país se comprometió a garantizar que «nunca más» se trabaje «en condiciones tan inseguras e inhumanas» como ellos y adelantó que en los próximos días anunciará medidas para aumentar la seguridad de los trabajadores, no solo ese sector.
Además, señaló la necesidad de «mejorar nuestros sistemas, nuestras actitudes y nuestros procedimientos para resguardar la vida, la integridad y la dignidad de nuestros empleados». «Y no solamente en la minería. También en la construcción, en los transportes o en la pesca. Eso es algo que se lo debemos a todos los chilenos», aseguró. Con este objetivo, Piñera formó el 23 de agosto una comisión de expertos para ampliar las atribuciones de los organismos fiscalizadores y las sanciones a las empresas que vulneran las normas de seguridad. En la actualidad, a muchas factorías les resulta más económico pagar una multa que invertir para mejorar las condiciones.
El líder apuntó también, en más de una ocasión, la falta de protección como causa del accidente de la mina de San José, que ya fue clausurada en 2007 por la muerte de un trabajador, y prometió que los responsables «no quedarán impunes».
El 13 de octubre terminó la tragedia para los 33 trabajadores atrapados en el yacimiento de la región de Atacama, en el que no había vías de escape y la chimenea de ventilación carecía de escalera, entre otras anomalías. Por otro lado, los dueños de la mina San José han sido demandados por algunas familias de las víctimas.
El Gobierno y los mineros deberán ahora decidir qué hacer con los elementos que se han convertido en un símbolo de este exitoso rescate y, en especial, con el campamento Esperanza, levantado en las cercanías del yacimiento. Algunos familiares habían expresado su intención de convertir la zona en un santuario, pero Piñera descartó ayer esa posibilidad.
«No va a ser un santuario, pero sí un memorial para recordar esta epopeya», adelantó. También se evaluará el destino de la cápsula Fénix 2, que izó a los trabajadores, así como del mensaje «estamos bien en el refugio los 33», que permitió confirmar que todos los operarios habían sobrevivido al derrumbe. «Éste es un patrimonio que pertenece a todos los ciudadanos chilenos y a toda la humanidad», concluyó.
«Os desafío. Quien pierda, al pozo».- El fútbol ha jugado un papel importante en el bravo rescate. Ayer, el presidente chileno, en un jocoso encuentro en el hospital, retó a los mineros a jugar un partido de balompié.
Quien pierda, vuelve a la mina. Ése fue el desafío lanzado por el presidente chileno, Sebastián Piñera, al invitar a un partido de fútbol a los 33 trabajadores rescatados del fondo de la tierra. En un jocoso encuentro en el hospital, el mandatario los saludó y se fotografió al estilo de la imagen oficial de una cumbre presidencial. Apenas horas después de marcar el fin de la mayor hazaña mundial de supervivencia, muchos gritaron que ya estaban listos para disputar el choque, en el que el líder chileno incluso arriesgará su propio poder. «La escuadra que gana se queda en La Moneda y el que pierde vuelve otra vez a la mina», declaró Piñera, desatando carcajadas entre muchos de los protagonistas, algunos de ellos ya sin las gafas protectoras con las que emergieron de un ducto de más de 622 metros.
Con batas y pijamas, los hombres aceptaron el reto. Y es que el balompié ha jugado una importante baza en este logro. El Colo Colo y la Universidad de Chile, tradicionales rivales en el fútbol local, son también los equipos más populares entre los 33 mineros, entre los que destaca un acérrimo hincha del Audax italiano. Jimmy Sánchez, de 19 años, el quinto en subir a la superficie, es uno de los 11 fanáticos del club universitario, que les ha regalado una entrada vitalicia al estadio.
Por su parte, Omar Reygadas, de 56 años, el decimoséptimo rescatado, llevaba en sus manos la bandera del Colo Colo, que atrapó fuerte y besó varias veces. El equipo le ha enviado a él y a otros 20 aficionados una camiseta firmada por los jugadores. También el topógrafo Luis Urzúa, de 54 años y capataz en el yacimiento de San José, consiguió ayer su deseo de ser el último en abandonar el refugio donde paso 70 días junto a otros 32 compañeros. Su condición de líder le valió de ser el escogido y un récord para el libro Guiness en el que seguramente no pensó.
