La Segoviana se ha metido en una dinámica ganadora tan pronunciada que ya no le hace falta ni siquiera jugar bien para llevarse los tres puntos. Ayer, en un partido tan frío en el campo como en la grada, (ya es invierno en La Albuera), el conjunto de Paco Maroto marcó gol en la primera ocasión que tuvo, y volvió a hacer gala de su seriedad defensiva habitual frente a un rival que, a pesar del resultado, dejó la impronta de equipo trabajado, con mucho orgullo, y con una seña de identidad propia, la de tratar de jugar al fútbol renunciando al patadón, algo muy de agradecer en estos días.
Paco Maroto realizó dos cambios con respecto al equipo que ganó al Numancia B en la pasada jornada, el obligado de Dani por el sancionado Juli, y el de Anel por Rubén, con lo que el centro del campo azulgrana volvía a ser contundente en el aspecto defensivo. No quiso el técnico colocar a Víctor Pérez en el lateral zurdo, justificada su ausencia del equipo por un problema de tobillo y por la buena actuación de Ramsés en Soria.
Precisamente la ausencia del zurdo azulgrana provocó dos problemas, uno por cada equipo. La Segoviana se quedó sin claridad en la salida del balón, porque Chus, que se encuentra en un estado de forma envidiable, tiene muchas virtudes, pero la de los cambios de juego de lado a lado del campo no se encuentra entre ellas, mientras que en Los Gatos de Íscar la presencia de Ferrero en el interior derecho se quedó con poca justificación, ya que el ex-azulgrana no pudo exhibir su poder defensivo, ya que el balón pocas veces salió por el lado de Chus, y en el ataque ni una sola vez pudo marcharse del lateral gimnástico, que se mostró tan solvente por el lado izquierdo como lo lleva demostrando toda la temporada por el derecho.
Así que, con poca claridad en la salida del balón jugado desde atrás, la Segoviana se vio maniatada por sistema defensivo que propuso el técnico de Los Gatos de Íscar, de presión constante y derroche físico que el joven conjunto iscariense fue capaz de aguantar durante todo el choque, un hecho sin duda digno de mención, aunque quizá este esfuerzo tan continuado restara claridad a los jugadores visitantes a la hora de encarar el marco de David Durán, que salvo un par de lanzamientos lejanos que detuvo con solvencia, no tuvo mayores complicaciones durante todo el partido.
El encuentro se encaminaba hacia la primera media hora de nada, cuando en una acción ofensiva local que parecía terminar como todas las anteriores, en la grada, el Íscar descompuso por un momento sus líneas, lo suficiente para que Mariano viera el desmarque por el centro de Fran, a quien envió un balón que el delantero azulgrana convirtió en gol con mucha tranquilidad ante la salida de Marcos.
La reacción del equipo visitante le llevó a acercarse a la meta de Durán por medio de Velayos, cuyo lanzamiento lejano se encontró con la sobria respuesta del portero. Y salvo la absurda expulsión del entrenador de Los Gatos de Íscar, víctima de otro juez de línea con excesivo afán de protagonismo, nada más sucedió en una primera parte que fue más aburrida que otra cosa.
En la segunda mitad la decoración del partido no cambió, pero la Segoviana tenía un punto más de tranquilidad gracias al marcador a favor, mientras que Los Gatos de Íscar jugaban con algo más de ansiedad. El encuentro parecía abocado a convertirse en un ataque constante de los vallisoletanos, y un festival de contragolpes azulgranas, que tardaron quince minutos en comenzar a llegar, pero que con el paso de los minutos se fueron haciendo constantes.
Mariano, que en la primera acción de contraataque no acertó a finiquitar la jugada y recibió algunos pitos por parte de algunos aficionados que no le perdonan ni la más mínima, se encargó de transformar los (escasos) pitos por una gran ovación cuando, tras recibir un balón en el pico del área grande, se atrevió a hacerle un caño al central del Íscar, plantándose solo ante el portero, al que batió con un envío al palo largo. Sin duda, un golazo que valió el precio de la entrada.
La Segoviana dispuso de ocasiones para haber marcado más goles, pero unas veces por precipitación, y otras por exceso de calma, lo cierto es que el tercer tanto no llegaba. Dani tuvo el gol en sus botas tras una vaselina que no encontró la portería por muy poco, Mariano se aturulló en un par de contras claras, Marcos sacó un remate potente desde dentro del área que iba rumbo a su portería, y finalmente, a diez minutos para la conclusión, el cántaro terminó rompiéndose en la meta visitante, tras una acción que parecía la típica de un entrenamiento contra una defensa en inferioridad. Balón de lado a lado hasta que Fran, en buena posición, superó a Marcos por abajo.
El Íscar continuó presionando con fe hasta que el colegiado pitó el final, un hecho que honra a sus futbolistas, pero la Segoviana tiró de veteranía, supo madurar el partido, y finalmente se hizo con la victoria.
Los entrenadores.-
Paco Maroto: «Nuestro peor partido en calidad técnica»
Fco. Javier García: «La Segoviana no perdona los errores»
