El cambio de los nombres de las calles que aún conservan vestigios del régimen franquista, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, sigue despertando muchas dudas entre los vecinos del barrio de San José.
Por ello, en la reunión mantenida con los concejales de Gobierno Interior y Personal, Marisa Delgado, y Participación Ciudadana, Andrés Torquemada, los vecinos pidieron que el Ayuntamiento instale un punto de información en el barrio, en concreto en el centro social, para que resuelva las posibles dudas y cuestiones que surjan, como qué documentación es la que hay que actualizar o a qué organismos e instituciones hay que dirigirse para hacer los trámites requeridos.
La propuesta fue bien acogida por los concejales, que se comprometieron a que personal municipal se establezca en el centro social durante un periodo determinado para ayudar a los vecinos en todo lo posible y dirigir sus pasos en lo que se refiere a la burocracia a cumplir, como ir a la Comisaría de la Policía Nacional para cambiar la dirección en el DNI o a Tráfico para actualizar el carné de conducir.
Así pues, tras su aprobación definitiva en pleno —el objetivo es aprobar la propuesta inicial en la próxima reunión plenaria, correspondiente al mes de marzo, prevista para el 1 de abril—, pero antes de cambiar las placas de las calles y oficializar así los nuevos nombres, todos los vecinos recibirán una carta personalizada con la que poder realizar su cambio de domicilio en todas las administraciones que deban hacerlo, de manera gratuita, ya que se trata de gestiones individuales, pero contarán para ello con el apoyo del personal municipal.
Otras dudas quedaron solventadas en la reunión del miércoles. Así por ejemplo, se informó a los vecinos de que las escrituras de los inmuebles no tienen que cambiarse, ya que para Hacienda lo importante es la referencia catastral y esa no cambia; así como el registro en el centro de salud, algo que tampoco varía, ya que aunque se cambie el nombre de la calle los vecinos siguen adscritos al mismo centro de salud y con el mismo médico, pues su vivienda sigue siendo la misma.
Respecto a los futuros nombres de las calles, en el último encuentro se aceptó casi en su totalidad la propuesta planteada por el equipo de Gobierno, que toma las principales capitales
europeas como punto de conexión en el barrio. Sin embargo, sí hubo una queja, en relación a la actual calle Manuel García Gutiérrez, para la que se proponía Praga, nombre que no gustaba a algunos de sus vecinos, porque “suena mal”. Finalmente, dichos vecinos optaron ayer por pedir para su calle el nombre de Estocolmo.
Asimismo, en la reunión del miércoles fueron muchos los que pidieron que el conocido como Parque Infantil de Tráfico, que no tiene nombre, pase a denominarse La Arboleda, ya que así es como “siempre lo hemos llamado”, aseguraban algunos, a lo que otros añadían que “desde pequeño, mis padres me decían que me bajara a jugar a La Arboleda”. La propuesta también fue aceptada por los concejales, quienes se comprometieron a trasladarla al resto del equipo de Gobierno y a incluirla en la proposición que se llevará al pleno.
No hubo tanto acuerdo a la hora de hablar de las tres calles que no tienen vecinos y para cuyos nombres el Ayuntamiento aceptó la propuesta de la Asociación de Vecinos. Así, Comandante González pasará a ser Cofradía de la Piedad; General Sánchez Gutiérrez será Ignacio García de Santos; y Hermanos Torres Chacón se cambiará por Asociación de Vecinos. Si bien en esta última estaban todos de acuerdo, las dos primeras despertaron la susceptibilidad de algunos ciudadanos al considerar que no tienen por qué dedicarse calles a temas relacionados con la Iglesia. Sin embargo, parece que quedarán finalmente con dichas denominaciones.
Por su parte, ayer se conoció que el abogado especialista en Derechos Humanos Eduardo Ranz ha presentado ante el Procurador del Común de Castilla y León una queja por el mantenimiento de simbología de exaltación de la Guerra Civil y la dictadura en calles y plazas de la Comunidad, así como en el nombre de cuatro entidades locales.
En su escrito, Ranz cita una veintena de localidades de toda la Comunidad, entre ellas las capitales de Segovia, Zamora, Burgos, Ávila y Palencia, y las localidades de Barbolla, Coca y Sepúlveda en la provincia segoviana, en las que se mantienen diversos elementos que
incumplen la Ley de Memoria Histórica —y a cuyos ayuntamientos el abogado ya se ha dirigido en otras ocasiones para que procedan a su retirada—; y solicita a Javier Amoedo que ordene a los alcaldes que intervengan para subsanar y corregir los defectos que inclumplen la Ley.
