Hacer llegar a los niños el relato de la Pasión de Cristo no es tarea fácil. Poner en la mente infantil el misterio esencial del mensaje evangélico que en la Semana Santa se conmemora es todo un reto para cofradías y parroquias, ambas con el objetivo común de acercarles a la fe desde la religiosidad popular en el primer caso y desde el espíritu en el segundo.
Desde hace varios años, la parroquia de San José y la Cofradía de Nuestra Señora de La Piedad suman esfuerzos para desarrollar una original iniciativa que sitúa a niños y niñas como los protagonistas del rezo de un particular Via Crucis por las calles del barrio, en el que ellos son los encargados de cargar una colección de pasos en miniatura donde se recrean las escenas más importantes del Triduo Pascual.
Bien entrada la tarde, el atrio del templo parroquial reunió a los pequeños aprendices de cofrades que, con la compañía de sus familiares y de los integrantes de la cofradía de La Piedad fueron acercándose hasta los siete pasos de los que consta la miniprocesión para organizar el cortejo, bajo la dirección del párroco Juan Cruz Arnanz. En las pequeñas andas, escenas como La Última Cena, El Prendimiento, El Camino del Calvario o el Cristo Yacente muestran los episodios más significativos de la Semana Santa, que se fueron evocando a través del rezo de las 13 estaciones del Via Crucis, que de forma especial incluyen un diálogo catequético para explicar a los niños los misterios de la Pasión.
Desde el atrio, la procesión recorrió las calles Berlín, Atenas, París, Londres y Tomasa de la Iglesia para regresar al templo parroquial y dar por concluido el rezo devocional. Durante el trayecto, los pequeños cargadores fueron siendo reemplazados por otros jóvenes voluntarios para llevar las andas, ya que a pesar de su escaso peso, no dejan de ser una carga a la que no estaban acostumbrados.
Una de las jóvenes participantes destacaba la emoción que le producía participar en esta procesión, y aunque aseguró no tener ascendientes familiares cofrades, expresaba su deseo de seguir participando “hasta cuando sea mayor, y después, ya veremos”, dejando abierta la posibilidad de incorporarse como cofrade efectiva.
