Desde el principio de esta enfermedad que nos está marcando los tiempos, todo han sido mentiras por parte del Gobierno de la nación. Hemos estado a merced de ocurrencias, falsedades, oportunismos y, sobre todo, de falta de empatía con los ciudadanos insultando nuestra inteligencia y nuestro sentido común.
Las mentiras del Gobierno han hecho daño a la sociedad y las consecuencias son irreparables, pues hablamos de vidas, de salud, de ruina y de pobreza.
Y aún no hemos olvidado este año, ni lo olvidaremos nunca, por más que Pedro Sánchez salga por la televisión delante de una imagen de los años 2021 a 2026. El presidente quiere hacer desaparecer los días sufridos en este fatídico 2020, pero sus compatriotas, como le gusta llamarnos, no olvidaremos las mentiras que convirtieron España en uno de los países más afectados por esta pandemia. Ahí van unas cuantas mentiras:
1ª/ En febrero nos llegaban noticias preocupantes de China pero, para el Gobierno español entretenido en aumentar ministerios y altos cargos, el coronavirus era poco más que una gripe. MENTIRA. Hay datos de organismos internacionales que alertaban del virus semanas antes de que los ciudadanos tuviéramos noticias del mismo. Lo sabían y ¿no se alarmaron?, ¿no tomaron decisiones? Parece que no. La confianza de los españoles en la persona elegida electoralmente para tomar decisiones ha sido traicionada. Es como si estuviera el lobo al cuidado de las gallinas.
2ª/ En marzo, las mascarillas, según Simón e Illa (el Gobierno), no eran necesarias. MENTIRA. Todos hemos visto imágenes de ciudadanos chinos con mascarillas y pantallas que utilizaban para evitar el contagio. El presidente del Gobierno debió creer los informes que tenía sobre la mesa y haber ordenado la compra o la confección de mascarillas para todos sus compatriotas, palabra que ha utilizado con gran soltura en sus homilías de fin de semana. ¿Sabrá lo que significa? Lo digo por los últimos pactos con grupos no precisamente patriotas.
3ª/ El ocho marzo dijo el doctor Simón que no había peligro por salir a la calle, incluso dijo que no le importaría que su hijo estuviera en la calle un día de manifestaciones. MENTIRA. Que no se confundan, que no nos molestaba la manifestación del 8 de marzo, al contrario, lo que nunca hemos entendido es por qué en un estado de alarma psicológica, en un contexto de miedo y de incertidumbre, se permitieron grandes aglomeraciones de personas (fútbol, manifestaciones, mítines, fiestas…). ¿Por qué se permitieron concentraciones peligrosas? Había que salir a la calle sí o sí. Decían que mataba más el machismo que el coronavirus. ¿Cuántos contagios salieron de aquel día? ¿Cuántas personas fallecieron días después? La ministra de Igualdad expresó, sin pensar que la grababan, el miedo que tenía de ser contagiada en la manifestación. Ella, Carmen Calvo (“el dinero público no es de nadie”), Begoña (de Sánchez) y muchas mujeres más se contagiaron. Otras, seguramente, murieron.
4ª/ El confinamiento era imprescindible. Los hospitales estaban desbordados. El Estado de Alarma debía haberse declarado antes, como pidieron algunas comunidades autónomas. El confinamiento de todos los ciudadanos era necesario PARA TODOS. MENTIRA. ¿El presidente se confinó cuando se anunció en los medios que su esposa, conviviente, contrajo el virus? ¿El vicepresidente Iglesias se confinó cuando se anunció en los medios que su pareja, conviviente, contrajo el virus? La respuesta es obvia, no hubo igualdad en el confinamiento por parte de los responsables del Gobierno. El Rey se ha autoconfinado después de estar en contacto con un positivo como tantos españoles responsables. Esto es lo que la nueva clase política nos ha traído, la irresponsabilidad.
5ª/ Nadie se va a quedar atrás. Otra MENTIRA: Personas en ERTE que no cobran desde marzo. Se incrementa el paro como en los peores años de la crisis económica que nos dejó Zapatero. Establecimientos de todos los sectores que cierran sus puertas sin ayudas estatales. Proliferan las colas del hambre en Cruz roja, Cáritas, bancos de alimentos, órdenes religiosas, organizaciones no gubernamentales, asociaciones de vecinos, ciudadanos en particular, etc… este es el escudo social. Ya saben: SALIMOS MAS FUERTES.
6ª/ La desescalada estuvo repleta de confusiones. Afortunadamente las CCAA y las CCLL, que viven los problemas de los ciudadanos de forma más cercana, han buscado soluciones a los problemas que se han presentado, sin el amparo de un Gobierno central. Mientras tanto, el presidente del Gobierno nos anunciaba que había salvado 400.000 vidas (nuevamente insultando nuestra inteligencia) y se fue de vacaciones haciendo caso omiso de los brotes que iban surgiendo en algunos lugares. Él ya había salvado muchísimas vidas y tenía que descansar con sus amigos a costa de todos nosotros.
7ª/ Una dolorosa MENTIRA ha sido el no reconocer por el Gobierno un gran número de fallecidos en contra de los datos que ofrecen organismos oficiales (INE, Registro Civil, Instituto Carlos III). Esto es muy fácil de comprobar. Cuando acabe este año habrá un número de fallecidos. Únicamente hay que compararlo con el año anterior, o con los cinco años anteriores, o con los de la última década, año a año. Ahí tendremos la cifra de muertos de esta pandemia, a los que el Gobierno de Pedro Sánchez niega (a decenas de miles de personas) su identidad como víctimas de esta pandemia.
8ª/ Dijo el Dr.? Simón que los sanitarios y los cuidadores en residencias que han enfermado en la pandemia, e incluso han perdido la vida, lo han hecho fuera del ejercicio de su trabajo. Han tachado a los sanitarios de irresponsables. MENTIRA. Los sanitarios no tenían EPIs, no tenían mascarillas, pedían gafas de bucear, buscaban material para hacerse pantallas de protección, se protegían con bolsas de basura. España es el país en el que más sanitarios han fallecido y donde más se han contagiado. Los sanitarios leían cartas a los enfermos junto a su cama. Los sanitarios fueron la familia de los que no pudieron ser acompañados por la suya propia, y en muchas ocasiones recibieron su último adiós. Siempre tendremos una deuda con los que, arriesgando su salud, nunca fallaron a los enfermos.
9ª/ Estas grandes mentiras no estarían completas si no mencionamos la que ha estado latente en estos meses: el comité de expertos. Primero dijeron que no se podía exponer a los miembros del comité. Hemos visto multitud de expertos en los medios cuyo currículo solo nos ha provocado respeto y en ningún momento se ha atacado al mensajero de la información. Después se nos dijo que no había comité de expertos. Por último, se dijo que había un comité de expertos pero que la lista era muy larga. Pedro Sánchez no es médico, ni epidemiólogo, ni científico. No importa porque lo que tiene que hacer un gobernante es rodearse de personas competentes y solventes. Si el Gobierno sólo se rodea con frases “redondas” y marketing facilón, la batalla a la pandemia está perdida.
Podría seguir relatando mentiras obvias que todos conocemos y que no se deben olvidar con el siguiente asalto al estado de derecho que nos depare el gobierno y sus socios. Espero que, aunque no sepa demostrarlo, Pedro Sánchez sienta dolor por la enfermedad y el sufrimiento de los españoles. Nos habría gustado algún gesto de luto que demostrara respeto, una visita a un hospital, unas condolencias como las que dio a la familia del etarra que se quitó la vida en la cárcel. De sus homilías del domingo sólo se recuerda un egocentrismo continuo.
Pedro Sánchez y su Gobierno, todo su Gobierno puesto que ningún ministro se ha desmarcado, habla de tender la mano. En la misma frase santurrona y buenista golpea a los que no están de acuerdo con que pacte con las personas que buscan romper España, con personas que quieren asaltar el Estado, que defienden a asesinos. Ya no le interesa a Pedro Sánchez la pandemia. Ahora solo son importantes las siglas PGE. Las siglas COVID, se las ha dejado a las CCAA, sin medios suficientes. Ya estará él para recoger frutos, para poner las deseadas vacunas, para repartir lo que nos dé Bruselas o para salvar millones de vidas en el número en que en ese momento se le ocurra a él o sus asesores.
Secretario Autonómico del Partido Popular de Castilla y León. Vicepresidente Primero de las Cortes de Castilla y León.
