Los ‘jardines de San Miguel’, situados en la finca de la ‘Casa del Águila Imperial’, se abrirán al público a partir de ahora todos los viernes, sábados y domingos, según anunció ayer la Junta de Castilla y León, la administración impulsora de la rehabilitación de las ruinas de la iglesia románica de San Miguel, llevada a cabo en distintas fases ejecutadas a lo largo de 16 años.
Con la apertura de estos históricos jardines se culmina la recuperación de toda la finca, adquirida por la Junta en el año 2000, y en cuya iglesia se inauguró en 2009, tras un largo proceso de acondicionamiento, la ‘Casa del Águila Imperial’, centro de referencia del parque natural ‘Sierra Norte de Guadarrama’ y punto de información del parque nacional ‘Sierra de Guadarrama’.
La ‘Casa del Águila Imperial’ se localiza en los arrabales de Pedraza, en el solar donde estuvo San Miguel, históricamente vinculado a monjes. Posiblemente, fueran ellos quienes, en la lejana Edad Media, crearan los jardines, aprovechando la existencia de varios manantiales.
En el proyecto para el ajardinamiento de este espacio de la ‘Casa del Águila Imperial’, firmado por el arquitecto J. Carlos Sanz Belloso, éste ya avisó de su intención de “recuperar para un destino didáctico y lúdico los bancales del antiguo jardín, que se piensa pudo ser de botica”. Pero, dando por hecho que el jardín primigenio fue aprovechado por la pequeña comunidad religiosa que allí habitaba, el proyecto no quería ceñirse a resucitar aquel espacio, sino también quería desarrollar un programa complementario en aras de “sensibilizar a los visitantes respecto a cuestiones ambientales”. En ese sentido, el proyecto de Sanz Belloso buscaba, de acuerdo a su propias palabras, convertir al jardín de botica de San Miguel en “una isla de tranquilidad; un espacio para un primer acercamiento una rama de la botánica, la de su aplicación medicinal; y un lugar para conocer las peculiaridades de la fauna y la flora natural del entorno de Pedraza y de la provincia de Segovia”.
Los ‘jardines de San Miguel’ están divididos en cuatro zonas, de acuerdo a su altitud: El Palomar, el Bancal del Agua, el Bancal de la Tierra y el Bancal del Aire.
Una vez abiertos los ‘jardines de San Miguel’, se encargará de su mantenimiento la empresa ‘El Ejidillo’. Desde la Junta se espera que esta apertura incremente el atractivo de la ‘Casa del Águila Imperial’, cuyas instalaciones recibieron el pasado año a poco más de 3.800 visitantes.
Como se recordará, en la ‘Casa del Águila Imperial’ se explica, de forma sucinta, la historia de la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza. Además, expone información sobre la Red Natura 2000. Y, finalmente, cuenta con una sección sobre el águila imperial ibérica, en la que el visitante puede aprender los más variados aspectos de la especie, desde su distribución geográfica hasta su evolución vital, pasando por las política emprendidas por las administraciones para garantizar su supervivencia.
Para que el público conozca los ‘jardines de San Miguel’, la Junta ha programado visitas guiadas. Los viernes y los sábados habrá dos por la mañana y otras tantas por la tarde, y los domingos dos en horario matutino. El precio de una visita guiada será de un euro, incluyendo la entrada a la ‘Casa del Águila Imperial’. Por otra parte, los ‘jardines de San Miguel’ también recibirán a partir de ahora a grupos escolares, a los que se ofertará, de forma gratuita, talleres al aire libre.
Breve historia de la iglesia de San Miguel.– De que el solar donde hoy se localiza la ‘Casa del Águila Imperial’ tenía uso religioso hay noticias, al menos, desde el siglo XIII, pues en esa centuria ya aparece en un documento del rey Fernando III. Más adelante, en el XV, se sabe que el monasterio de Santa María de la Sierra, del que dependía, era tan pobre que únicamente podía sustentar allí cuatro monjes. En tal tesitura, la iglesia de San Miguel acabó pasando a depender del monasterio de Santa María de Sacramenia. En el siglo XVII, este monasterio lo vendió a Pedraza, quien constituyó allí la Capellanía de Nuestra Señora del Carrascal, pasando entonces a denominarse el templo como ermita de Nuestra Señora del Carrascal. Al parecer, en torno a 1751 estaba todavía abierta al culto. En torno a 1800 debió arruinarse. En 1844 se suprimió como parroquia. Y en 1870, tras la desamortización, la antigua iglesia de San Miguel pasó a manos privadas.
