Con sangre, sudor y lágrimas, la Segoviana supo sufrir y hacer gala de su pegada en Abegondo para prolongar su gran dinámica y consolidar su liderato. Un solitario gol de Pau resultó suficiente para superar a un Fabril superior a los puntos, pero falto de acierto, otorgando al conjunto de Iñaki Bea una victoria de líder, de matrícula de honor, que les permite distanciarse ya a cuatro puntos del conjunto coruñés y reafirmar su condición en la cima de la tabla (0-1).
Para la batalla, Iñaki Bea apostó por un once que presentó únicamente dos cambios respecto al fin de semana pasado frente al Langreo en La Albuera, con las novedades de René y Marc Tenas de inicio por Ivo y Álex Castro. En esas, el equipo azulgrana arrancó con Postigo como guardián gimnástico, con Iker y Rubén como laterales junto a Josín y Josep Jaume como pareja de centrales, centro del campo para René, Diego Campo y Fer Llorente, bandas para Samu Manchón y Pau y arriba para el gol Marc Tenas.
Sobre el verde, la Segoviana resistió en Abegondo durante una primera parte de puro invierno futbolístico. Fría, ventosa, con dos equipos sin adornos, a pecho descubierto y con el liderato como recompensa. Así, un minuto fue suficiente para la polémica, pues en una acción dentro del área gallega, el cuadro gimnástico reclamó penalti con vehemencia, pero el árbitro dejó seguir. Y mientras aún resonaba la protesta, fue el Fabril quien obligó a Postigo a volar tras un derechazo del segoviano Fabi que anunciaba que aquello no sería un paseo para nadie.
Pau castiga al Fabril
Lejos de arrugarse, la Segoviana mantuvo el plan: orden, presión alta y verticalidad en cuanto la pelota permitía respirar. Le bastó con esperar su momento. Y llegó pasada el primer cuarto de hora, cuando Diego Campo dibujó un envío en largo de altos, altísimos quilates hacia la carrera de Iker Pérez. El lateral ganó línea de fondo y sirvió un centro en bandeja de plata al corazón del área para que Pau, acrobático y certero, firmara el 0–1 con sello de líder.
Trató de recomponerse el equipo de Manuel Pablo que metió una marcha más, se lanzó a por la igualada sin miramientos y cerca estuvo de hacerlo ante una Segoviana incapaz de calmar el ciclón gallego. Así, primero Najera tras un error en la salida de pelota de Iker con un disparo desde el balcón del área que obligó a Postigo a intervenir blocando bien abajo y, acto seguido, con Bill ganando la partida a Josín en el primer palo y sin acierto en el disparo tras un centro raso lateral perdonaron el empate.
Los dos avisos del Fabril no despertaron a la Segoviana, a la que el balón apenas le duraba y cuyo mejor alivio era el marcador. El conjunto coruñés siguió mandando con su juego directo y volvió a inquietar a los de Iñaki Bea con un cabezazo desviado de Bill y un tiro de Garrido que se marchó fuera. De ahí al descanso, la Segoviana recuperó algo de pulso y, salvo otra intervención de Postigo, mostró mejores sensaciones. Tanto que perdonó el 0-2 con un disparo de Marc Tenas dentro del área que lo escupió la madera.
Tras el paso por vestuarios, llegaron los peores minutos para la Segoviana. Todo sufrimiento, pero por fortuna el Fabril seguía sin acierto. Así, el equipo de Manuel Pablo inclinó el campo hacia lado azulgrana y perdonó hasta en dos nuevas ocasiones, primero con un disparo de Najera con todo a favor y Postigo vendido y más tarde con una doble ocasión de Garrido.
El ADN de saber sufrir
Ante el dominio gallego, Iñaki Bea, al abrigo de la media hora de juego, optó por un doble cambio en busca de una reacción gimnástica en la que dio entrada a Juan Silva y Ayán por Samu Manchón y Diego Campo. Surtió efecto. No suficiente como para que la Segoviana, que cambió de esquema con tres centrales y dos carrileros, atisbase la portería de Ríos, pero sí como para frenar el vendaval gallego defendiendo mejor el área. Finalmente, el técnico vasco optó por quemar todas las naves y decidió agotar todos los cambios dando entrada a Borrego, Ibañes y Álex Castro por Pau, Josep Jaume y Álex Castro.
Con 20 minutos para el final, la Segoviana terminó por confirmar su mejoría, ordenada, cómoda defendiendo cerca de la portería de Postigo y que, aunque no era capaz de ser dañina por medio de contraataques, sí conseguía frenar las acometidas del Fabril. En la recta final, el encuentro fue poco a poco rompiéndose, coyuntura que llevó ligeramente a la Segoviana a volver a sufrir, bien sujetada por Postigo y con un Fabril al que, como durante todo el partido, sólo le falto premio a su insistencia.
En los minutos finales, el equipo blanquiazul siguió perdonando con una nueva llegada de Dipanda que se marchó arriba de la portería gimnástica, pero ya sería la última, pues la Segoviana acabó certificando un valiosísimo triunfo que lo permite alargar una dinámica de altos quilates y, de paso, ser más líder que nunca.
