Los presidentes de CEOE y Cepyme, Juan Rosell y Antonio Garamendi, y los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, suscribieron ayer, con medio año de retraso y en la sede del Centro Económico y Social (CES), el III Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) para los años 2015-2017.
En el acto, en el que mostraron su satisfacción ante el pacto, escenificándola con una apretón de manos conjunto, han defendido férreamente el valor de la negociación bilateral en el ámbito de las relaciones laborales frente a toda intromisión de terceros y como cauce para dotar de estabilidad en escenarios de incertidumbre política y económica.
Sin embargo, las partes se vieron obligadas a justificar la tardanza del pacto, y argumentaron que era la primera ocasión en la que se veían negociando en un escenario de inflación negativa. “Ha sido muy complejo negociar en un país tradicionalmente muy inflacionista en plena deflación, nos ha obligado a ejercer un cierto aprendizaje, pero nunca es tarde para aprender”, resumió Méndez.
Además, los empresarios siguen señalando que los topes de incremento salarial firmados para los próximos años —hasta el 1% en 2015 y hasta el 1,5% en 2016— dejan margen para que sectores y empresas, en virtud de sus circunstancias, puedan pactar subidas salariales inferiores, pero los sindicatos insisten en que se trata de referencias de carácter “vinculante” y que implican, necesariamente, una mejora de las remuneraciones.
Así pues, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, advirtió de que “externamente parece que la negociación no existe y que se hace por pura magia”. “Es una asignatura en la que a veces estamos muy solos patronales y sindicatos”, añadió, para apostillar que se trata de un ámbito que es preciso “modernizar y perfeccionar”.
Dicho esto, puso en valor la capacidad de la negociación colectiva para aportar estabilidad en toda coyuntura económica y lanzó una llamada al equilibrio: “Hay que hacer todos los cambios que se tengan que hacer en la realidad, pero en los tiempos adecuados, sin apresurarse y sin hacer inventos”.
Por su parte, el presidente de Cepyme, Antonio Garamendi, aseguró que el acuerdo suscrito “va a servir para despejar incertidumbres sobre la economía española y para que sigan mejorando indicadores como el paro, el endeudamiento público, las desigualdades y para garantizar la sostenibilidad del sistema de protección”.
“El diálogo social y la negociación colectiva, por más que algunos se empeñen en ponerlos en duda, son y serán siempre los sistemas más eficaces para abordar las reformas, cambios y adaptaciones que necesitan las empresas para asegurar su competitividad”, añadió.
En la misma línea, el secretario general de CCOO indicó que el acuerdo suscrito es “una apuesta por el fortalecimiento de la negociación colectiva” y una “enmienda, aunque no en su totalidad, a la reforma laboral».
“El futuro de las relaciones laborales está en la negociación colectiva”, añadió, para aseverar a renglón seguido: “No podemos estar a que llegue el gobierno de turno y que nos cambie el marco de relaciones laborales”. Más aún, indicó que “hace unos días la ciudadanía se expresó en las urnas y dijo que quería pactos” y que el suscrito “es uno muy importante”.
Finalmente, el líder de UGT explicó que el pacto “es un reforzamiento de la negociación colectiva”, de la que dijo que es “el canal de distribución primaria de la riqueza”. “Es una contribución a la estabilidad económica y laboral, que no se puede confundir con la política”, añadió.
