El ciclista polaco Maciej Paterski (CCC) se enfundó el primer jersey de líder de la Volta a Catalunya, tras imponerse en la primera etapa, con salida y llegada en Calella (Barcelona) sobre 185,2 kilómetros, a sus dos compañeros de fuga, el francés Pierre Rolland (Europcar) y el belga Bart de Clerq (Lotto).
El trío de corredores, fugados desde el kilómetro 60 de la etapa, rodó en solitario 125 kilómetros, en los que ascendieron los tres puertos de montaña puntuables, Viladrau, Coll Formic y Collsacreu, y gozaron de margen suficiente como para bajar el ritmo en la aproximación a la meta de Calella y luchar por la victoria y el liderato.
El desenlace de la etapa fue inesperado y dejó como candidato a ganar la Volta a Pierre Rolland, quien no esperaba contar con 2:46 minutos de ventaja —sumadas las bonificaciones en meta— sobre el resto de favoritos, entre ellos Chris Froome (Sky), Alejandro Valverde (Movistar) y Alberto Contador (Tinkoff-Saxo), tras la primera etapa.
El pelotón se confió demasiado, se relajó y dejó subir hasta los 13 minutos la diferencia con el trío que llegó a Calella, y cuando quiso ya no pudo reducir la diferencia. También sacaron mala nota los equipos que aspiraban a ganar esta primera etapa al sprint, como el Giant-Alpecin de Luka Mezgec, vencedor de tres etapas en la pasada ronda, y los de Alberto Contador y Alejandro Valverde o el resto de favoritos, pues dejaron todo el peso de la persecución al Team Sky de Chris Froome y la colaboración entre escuadras a falta de 25 kilómetros fue insuficiente.
La secuela de la jornada fue un ‘dejà vu’, pues en la edición de 2012 de la Volta se proclamó campeón el suizo Michael Albasini (Orica), tras lograr una gran diferencia en la escapada de la primera etapa, que además ganó la segunda, ésta al sprint y ya en grupo.
Hoy se disputa la segunda etapa, que cuenta con cotas de montaña y que parte de Mataró (Barcelona) para llegar a Olot (Girona) tras recorrer 191,8 kilómetros. El gran escollo del día será el Alt de Montagut, un puerto corto de tercera categoría pero situado solo a 14,7 kilómetros de meta. Si el pelotón va agrupado y los velocistas superan esta dificultad, podría producirse el sprint que ayer evitó el trío de fugados.
