Los toros de Partido de Resina, al igual que en el encierro campero matinal, continuaron ofreciendo complicaciones en Cuéllar en la corrida verpetina, aunque hubo astados que ofrecieron buen juego que no encontraron unas manos precisas para romper el toreo. El experimentado Javier Sánchez Vara -que sustituyó al herido Juan de Castilla-, con el lote más fuerte, no tuvo su mejor tarde; mientras que el venezolano Jesús Enrique Colombo, a base de disposición, logró pasear una oreja, con el par de toros más propicio, sin terminar de estar a la altura. Por su parte, el diestro mexicano André Lagravere ‘El Galo’ se presentó en el coso cuellarano con una buena actitud, que le valió para cortar una oreja, pero después se dejó escapar al que cerró la tarde.
Astifino, serio, con morrillo y cuello fue el toro que abrió plaza. Tras recibir puyazo y medio, mostró su dureza y no se dejó ganar la partida. No dispensó embestidas como regalo; y tuvo ese punto de prenda, con el que Sánchez Vara no pudo estar a gusto. Continuó desarrollando complicaciones y lanzando gañafones; y el diestro encontró un cierto punto de potabilidad por el pitón izquierdo. Un astado para desmontar a parte del escalafón. Tras un bajonazo efectivo, entre divisiones de opiniones, se dio una vuelta al ruedo.

El lote más fuerte fue el de Sánchez Vara. El cuarto, alto y largo, a pesar de imponer, resultó noble y de buena condición. Tras brindar al novillero Rafael de la Cueva, el torero de Guadalajara empleó un concepto despegado y no se ajustó a la embestida del animal. Actuación de escaso contenido, que fue silenciada.

Más ‘anovillado’ fue el segundo de la tarde, acucharado de cuerna y un punto bizco, que salió barbeando tablas y buscando la salida. Con mucho aprendido del encierro, continuó mostrando su mansedumbre en varas, mientras la terna siguió repartiéndose pares de banderillas al violín empeorando el comportamiento del animal. En la muleta, nunca descolgó por el lado derecho y fue siempre con la cabeza alta y con peligro sórdido; lo que impidió acople al venezolano. Algo se dejó por el pitón izquierdo, en un trasteo sin ciencia.

Bien proporcionado fue el quinto de la tarde, un toro noble y colaborador que propició a Colombo una faena notable y aseada. Tras un primer intento con la espada, cobró un estoconazo para apuntarse una oreja en su esportón.

Gordo y hondo fue el primero del lote de El Galo, que acusó calambres del encierro en los primeros tercios. El show del reparto de banderillas prosiguió sin ningún lucimiento, aunque el diestro mexicano enderezó la tarde a base de disposición frente a un bravo ejemplar de Partido de Resina, que ofreció un buen espectáculo hasta que duró. Tras un espadazo algo despedido, el astado fue a morir a toriles y el torero paseó un trofeo.

Cerró la tarde un cárdeno claro de bonita estampa, que tuvo poder y casta para desbaratar la puesta en escena del mexicano. De forma continuada, enganchó la muleta propuesta por El Galo. Conforme fue reduciendo su dominio, el diestro pudo dejar pasajes de firmeza, aunque sin terminar de sacar faena. Salvó su segunda actuación con el uso del acero y saludó una ovación.
Ficha
Plaza de Toros de Cuéllar. Tercer festejo de feria. Cerca de media plaza. Toros de Partido de Resina, bien presentados y de juego desigual.
Javier Sánchez Vara, que sustituyó al herido Juan de Castilla, vuelta al ruedo y silencio.
Jesús Enrique Colombo, silencio y oreja (aviso).
André Lagravere ‘El Galo’, oreja (con petición de la segunda) y ovación (aviso).
