El lema elegido por el PSOE para la campaña, Pelea por lo que quieres, evidenció desde el primer día cómo iban a enfocar los socialistas el período previo a los comicios de mañana. Así, el candidato de la formación, Alfredo Pérez Rubalcaba, demostró en el cara a cara con el popular Mariano Rajoy que tenía perfectamente interiorizado esa necesidad de plantear la batalla como único recurso para vencer en las urnas.
Y ayer, en una jornada maratoniana que sirvió para poner fin a la campaña, el cántabro se ciñó más que nunca al enfrentamiento directo: «Hace cuatro años, Rajoy intentó llegar a La Moncloa de la mano de una niña y ahora intenta llegar de la mano de una prima». Incluso blandió armas que, hasta ahora, había dejado para sus lugartenientes, como el terrorismo: «Lo de ETA lo hemos arreglado entre todos, aunque algunos más que otros».
La izquierda, no la que representa el PSOE, sino el resto, también fue diana de los dardos que el candidato lanzó en su último día de periplo por las carreteras españolas. El exministro del Interior pidió el voto de todos los progresistas, ya que, según aseveró, su formación es el único partido que «puede parar el poder absoluto de la derecha». Además, advirtió a los electores del peligro que supondría la fragmentación del voto de izquierdas, porque conduciría a un «terrible monopartidismo de los populares».
Las críticas más fuertes de esta pelea las guardó Rubalcaba para el PP, y especialmente, para el líder conservador, Mariano Rajoy, al que recriminó que la campaña se le ha hecho «enorme», porque se hace eterno el tiempo cuando se está «sin decir nada, sin hacer nada», como, según él, ha hecho el gallego.
Frente a ello, indicó que al PSOE se le ha hecho «muy corta», porque ha tenido que hacer tres campañas, para explicar su programa, el del PP y el que la derecha oculta. Por eso, agregó que a los ciudadanos les ha resultado «insuficiente».
Rubalcaba incidió en que los conservadores han ido «enseñando poco a poco la patita» y «se han ido desmelenando» a medida que se sentían seguros. «Saben que si cuentan lo que tienen en la cabeza van a perder votos», insistió el candidato.
Asimismo, apuntó, al igual que llevan haciendo los dirigentes socialistas en estos últimos días de campaña, que nunca es admisible que un candidato que opta a presidir el Gobierno «no diga lo qué va a hacer» y, más aún, en una época de crisis como la actual, lo que es «doblemente irresponsable».
La reforma laboral prevista por el PP si llega al poder también tuvo frase en esta última pelea electoral de Rubalcaba que echó en cara a Rajoy que quiera «dejar sin convenio colectivo a millones de trabajadores».
Sorprendió que, incluso, el socialista criticase, con tibieza, eso sí, a José Luis Rodríguez Zapatero, confesando que algunas de sus decisiones no le han «gustado» en su condición de candidato.
