Aún con la memoria taladrada por los ecos eurovisivos, las resonancias del Rock in río y los sones de Valladolid Latino —hay gustos para todo, fijese— las fiestas de Segovia arrancaron en la noche del 24 de junio el ciclo de grandes conciertos en la Plaza Mayor con la presencia de Dr Feelgood, que con 40 años de historia a sus espaldas y varios cambios en su formación ofreció una inolvidable actuación basada en los fundamentales de lo que debe ser el rock y el blues
A lo largo de la historia, los grandes grupos que han hecho de este estilo musical una forma de vida han cimentado su éxito en la fidelidad y el respeto a las esencias que pusieron grandes cantantes como Buddy Holly, Bill Haley, Robert Johnson o Muddy Waters entre otros muchos.
El cuarteto inglés en su actual formación cumple a rajatabla estas premisas y exhibe sobre el escenario la fuerza y la emoción de la música de una época en la que sólamente triunfaban los buenos músicos.
Los Feelgood lo son. Costará trabajo olvidar los imponentes fraseos de la guitarra de Steve Walwyn, la calidad del bajo y la batería de Phil Mitchell y Kevin Morris y la voz y la presencia sobre el escenario de Robert Kane, un magnífico cantante al que, por ponerle algún pero, le sobran algunas revoluciones como intérprete quizá por su exceso de generosidad ante el público.
Para el recuerdo, un catálogo de canciones del mejor rock, entre las que figuran algunas como “Roxette” o “Back in the night”, o que incluso les reinventan como en el caso de las estimulantes versiones de clásicos como “Hoochie Coochie man” o “See you later, Alligator”.
Para abrir boca, los segovianos Excómunion ejercieron de maestros de ceremonias mostrando ante el público segoviano la realidad de un grupo muy a tener en cuenta y que, conforme a lo poco que pudo ofrecer antes de la actuación de Dr.Feelgood, también apuesta por la calidad a la hora de hacer música.
