Hace más de 30 años, Begoña Escobar y su marido decidieron dejar San Sebastián para volver a Garcillán (Segovia), localidad de la que eran originarios. En este pueblo segoviano montaron un negocio de panadería que aún continúa con su actividad.
Tras quedarse viuda, Begoña continuó con su negocio, en el que ha involucrado a sus cuatro hijos (Jesús María, Isabel, Roberto y Sara de la Mata Escobar) y a sus yernos. La incorporación de familiares más jóvenes ha impulsado la actividad y hace poco más de un año se constituyeron en comunidad de bienes para poner en marcha nuevos proyectos. Sin embargo, no ha sido fácil encontrar financiación para ello, a pesar de ser un negocio próspero que «se defiende» aún en los peores tiempos de la crisis.
De esta forma, la Panificadora De la Mata Escobar, que contaba con un obrador y despacho de pan en Garcillán y otra panadería en Valverde del Majano, ha ampliado las instalaciones. José Luis Herrero, uno de los yernos de Begoña, explica que justo ahora hace un año que han inaugurado una nave industrial con la que han conseguido «mayor amplitud de trabajo, una maquinaria más moderna y una mayor capacidad de producción».
«Teníamos el obrador en el centro del pueblo, en un local situado debajo de casa con unos 200 ó 300 metros cuadrados y ahora disponemos de una nave industrial con 1.500 metros cuadrados y muchas más posibilidades», afirma José Luis Herrero.
Las nuevas instalaciones, situadas en la carretera de Arévalo, cuentan con 14 empleados, ya que además del obrador disponen de cafetería y despacho de pan. Siete trabajadores han sido contratados a jornada completa y los otros siete son autónomos (la viuda, los cuatro hijos y los dos yernos).
La Panificadora De la Mata Escobar tienen dos despachos en Garcillán y Valverde del Majano, pero suministra pan y bollería a panaderías de Segovia, Muñopedro, Labajos, Palazuelos de Eresma, Tabanera del Monte, Trescasas, etc. Y también reparte ‘puerta a puerta’ en numerosos pueblos donde no hay despachos.
A pesar de todo ello, había encargos que no podían atender y eso fue lo que les animó a ampliar sus instalaciones y hacerse «fuertes» con la diversificación de sus productos, a los que han incorporado pan de molde, más bollería, masas congeladas. La falta de financiación fue su mayor escollo para llevar a cabo el proyecto, sin embargo José Luis Herrero asegura que gracias a Iberaval han accedido a una línea de crédito en condiciones muy favorables, que les ha permitido construir la nave en un corto espacio de tiempo.
Sin duda, «aconsejo acudir a Iberaval a todos los que necesiten financiación para alguna actividad económica», concluye José Luis Herrero.
