Masashi, Soka y Saori llevan apenas unos pocos días en Segovia, a donde llegaron procedentes de Japón para participar en un programa de inmersión lingüística. Su «bautismo de fuego» fue en la Casa Museo de Antonio Machado, donde dieron lectura en un voluntarioso y aceptable castellano a algunos versos del poeta en el acto en el que Segovia conmemoró el 76 aniversario de su muerte en la antigua pensión que fue su hogar durante los 12 años que vivió en la capital. Este grupo de japoneses fue uno de los muchos que ayer pusieron voz y música a la poesía del autor de «Campos de Castilla», en un acto organizado por la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, que recupera desde hace años una actividad que en su día propuso e impulsó la recordada Tertulia de los Martes.
Con una fría pero agradable temperatura, las decenas de personas que asistieron al homenaje escucharon la poesía de Machado en la voz y en la interpretación de personas anónimas, así como de grupos como el Centro Social Corpus, el Coro Amadeus o el coro de profesores del Colegio Claret.
También hubo lugar para los homenajes, como el que tributó la concejala Claudia de Santos, que recordó el centenario del fundador de la Institución Libre de Enseñanza Francisco Giner de los Ríos con la égloga que le dedicó Machado tras su muerte.
En el acto no faltó tampoco la tradicional ofrenda floral ante el busto de Machado realizado por los hermanos Barral, que este año fue realizado por dos alumnas del Colegio Claret en nombre de todos, y este año se añadió la inauguración de un bajorrelieve instalado a la entrada de la casa, con el que la Red de Ciudades Machadianas -en la que participa Segovia- recuerda el paso del poeta por la capital segoviana.