Segovia cierra hoy un fin de semana con la mujer como protagonista. Seis mujeres comprometidas con la defensa de los derechos humanos han pasado por el escenario de La Cárcel para hablar sobre crímenes de honor, esclavitud sexual y comercio de seres humanos, la lucha de las féminas en el mundo islámico, el uso de estas como arma de guerra o los valores femeninos en las finanzas. La ugandesa Victoria Nyanjura narró su dramática experiencia ayer por la mañana, en conversación con la periodista Rosa María Calaf. A los 14 años, cuando se encontraba en el colegio fue secuestrada por el denominado Ejército de Resistencia del Señor, permaneciendo prisionera durante ocho años. Violada y obligada a contraer matrimonio con un comandante de la milicia, fue molida a palos, pasó hambre, vivió a la intemperie, dio a luz sin asistencia médica a sus dos hijos, y sufrió toda clase de vejaciones que a los militares se les pasaba por la cabeza. En 2004 logró escapar e inició un proceso de rehabilitación antes de regresar con su familia, siendo aceptada socialmente. Victoria Nyanjura insistió en la importancia de la aceptación familiar y social de mujeres como ella que sufrieron ese infierno. “Mis padres me aceptaron cuando volví y me dieron su amor. Y a pesar de que fui secuestrada en el colegio, seguí estudiando, porque la educación es fundamental”. La activista ugandesa subrayó el problema que supone en países como el suyo la falta de aceptación social de las jóvenes que son secuestradas, que lleva a muchas mujeres al suicidio. En su caso, el que su familia le recibiera “con los brazos abiertos” tras su cautiverio, le ayudó a afrontar el pasado. Se licenció en Sociología del Desarrollo, y hoy ayuda a los niños afectados por la guerra como asistente en el proyecto de Justicia y Reconciliación, y como coordinadora de la Red de Defensa de la Mujer, un foro donde las mujeres abogan por la rendición de cuentas a causa de la violencia de género sufrida durante la guerra.
Para Nyanjura, los gobiernos son responsables de proteger a sus ciudadanos o de buscar ayuda fuera para hacerlo. Además, cree que la comunidad internacional debe intervenir antes de que se produzcan y se extiendan “atrocidades” como las que sucedieron en su país. En su opinión, es necesaria una ley internacional que sancione a aquellos estados que no se responsabilicen de sus ciudadanos, ya sea porque no adoptan medidas para solucionar el problema o porque no recurren al respaldo externo para solventarlo.
Por otro lado, la fundadora y presidenta de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituta (Apramp), Rocío Nieto, aseguró en Segovia, según informó la agencia Europa Press, que los demandantes de prostitución son cada vez más jóvenes, lo que atribuye a la “normalización” de la práctica, que se considera un objeto más de consumo.
Nieto, trabajadora social, mantuvo una conversación con la periodista Marta Gómez Casas. Durante la charla, explicó el trabajo que desarrolla Apramp, organización que desde 1985 defiende los derechos humanos, lucha contra la trata de personas y desarrolla una labor de atención integral a mujeres prostituidas o víctimas del comercio humano.
Nieto rechazó que se reglamente la prostitución, pues opina que ello supone regular la trata de seres humanos. Además, considera que una normativa no tiene sentido si no se hace nada contra aquellos que se encargan de introducir a las mujeres en el país. Desde su punto de vista, es necesaria una ley contra la trata que proteja a las mujeres y obligue a los gobiernos a cumplir las medidas europeas y sociales. La fundadora de Apramp ve necesario que gobiernos y ONGs sean obligados a poner a disposición de las víctimas todo aquello que sea incautado a quienes les inducen a ejercer sexo y se benefician de ello.
Femenino singular
Lucía Jiménez, Marta Belenguer, Carolina Solas y María Vázquez reflexionaron sobre la mujer de hoy sobre el escenario
El escenario del Teatro Juan Bravo de Segovia acogió las reflexiones de cuatro mujeres de hoy en día en la representación de “Femenino singular”, otra de las actividades incluida en el encuentro de mujeres que se celebra este fin de semana en Segovia.
Las actrices Lucía Jiménez, Marta Belenguer, Carolina Solas y María Vázquez hablaron sobre las vivencias de unas y otras, sobre cosas que nunca habían contado y que pasan. “Femenino singular” es un montaje en el que se comparte el presente, la crisis, la falta de trabajo, con todo lo que comporta, dudas, depresión, aspiraciones y sueños.
Clausura con música y baile
La bailaora y cantante gaditana Ana Salazar pondrá esta tarde el broche de oro al quinto encuentro de mujeres celebrado en Segovia. Hoy llega a Segovia con un espectáculo en el que mezclará sus facetas de bailaora y cantaora desde el minimalismo que las emociones necesitan para transportar al espectador a través de los sentidos. Acompañada al piano por Pablo Rubén Maldonado, interpretará coplas, zambras y temas tradicionales cocinados a fuego lento en el sendero del amor, desamor, la lucha, la rabia, el silencio, la aceptación, para terminar con un mensaje conciso: que a pesar de todo, hay tiempo para sanar el corazón de nuestros días y atreverse a luchar y ser feliz siendo una misma”.
Por la mañana, dentro de los ‘diálogos’ del encuentro, la periodista Alicia Gómez Montano, conversará con la exjueza y emprendedora social Manuela Carmena, bajo el lema “Reinventemos la justicia. Porque las cosas pueden ser diferentes”. Manuela Carmena ha sido una de las primeras magistradas en sentarse en el Consejo General del Poder Judicial. Ha hecho siempre una lectura vanguardista de la justicia y a la hora de ejercerla ha sido capaz de proporcionarle un aire aperturista y comprometido. Y a las seis de la tarde será el momento de la periodista Pilar Requena, que hablará con la ‘ingeniera de la luz’ María Teresa Flórez Sosa. Más de 700 mujeres de 54 países desfavorecidos han logrado llevar la luz a sus comunidades, la luz solar que ahora ilumina y abastece a sus pueblos y la esperanza en lograr un futuro lleno de vida, gracias a un proyecto desarrollado en India. Una de esas mujeres es María Teresa Flórez, que se ha ganado el respeto de su entorno, una pequeña aldea nicaragüense inmersa en la vegetación a tres horas de la ciudad de Siuna.
