Me gusta mucho el ciclismo. Desde el Tour hasta la Lieja Bastogne Lieja. Si en los años 80 hubiera tenido que pagar para ser socio del Reynolds, del PDM, del Orbea o del Banesto, lo hubiera hecho, como lo hice para ir a ver al Imperio. Extraño negocio: emite en abierto y no cobra entrada (por no poder ponerle puertas al campo, supongo) a sus aficionados.
Lo siento: no pagaría por ver fútbol femenino. Hace un par de temporadas estuve viendo al Atleti, por aquello de la identidad, pero se me hizo bola. Lo volví a intentar este verano con la semifinal del Mundial (creo que contra Suecia), pero no llegué a la segunda parte… me enteré de que España ganó el Mundial, sin interés alguno, por mensajes de WhatsApp al rato de terminar.
Pagaría por ver la Euroliga, pero no la NBA, plagada de partidos intrascendentes. Quizás por verlo en directo, como novedad. Y tampoco pagaría, quizás ni presencialmente, por ver la WNBA. Pero sí por ver a la selección española masculina y a la femenina de baloncesto. Pueden perder, como les ha pasado a los chicos este verano, pero ambos equipos transmiten algo que me lo hace muy divertido. Me gusta. Como el ciclismo.
Pagaría bastante más por ver a Djokovic y a Alcaraz, que por ver a Coco Gauf y a Sabalenka, sin duda. Del mismo modo, pagaría más por ver voleibol femenino, que masculino. A los chicos se les ha quedado baja la red y pequeño el campo.
Ahora que está el Mundial, y si redujeran el número de equipos, pagaría mucha pasta por ver rugby. Y más con el formato pausado de esta competición. Y pagaría por ver a la Gimnástica en Primera RFEF el año que viene.
Feliz temporada a todos.
