Estamos ya a solo un día del final de este mes de julio y muchos son los que se encuentran en puertas de iniciar sus vacaciones anuales, dado que, por lo general, es agosto el mes en que suelen dar los permisos estivales a sus funcionarios la mayoría de los estamentos públicos. En consecuencia, agosto es un mes “terrible” a la hora de hacer gestiones, consultas, etc. del tipo que sean. Porque los “titulares” están ausentes, y si hay “suplentes”, no suelen estar muy al día en departamentos concretos. En fin, que lo mejor, si no es urgente, será “dejar” para septiembre (como los alumnos que suspendan) las gestiones pertinentes.
Y es que ahora todo se encamina a pensar en los días de vacaciones los que las esperan, y en empezar a lamentarse los que ya solo cuentan con unas poquitas horas de “libertad”. Los que se van a marchar ¿dónde han elegido? ¡Buenooo! Esto sí que es difícil de decir porque en cuanto a gustos y posibilidades (en lo de posibilidades hay que incluir las económicas), no suele haber nada escrito, según frase hecha, aunque sí mucho pensado y meditado hasta que se toma la decisión definitiva. Decisión que, según el medio de transporte elegido, puede estar condicionada a los que “mandan” en los trenes y aviones, porque si se encaprichan de preparar la huelga, como ya lo están haciendo, pues unos cientos conseguirán que algunos millones de españoles vean frustradas sus esperanzas durante horas o acaso días, al tener que cambiar billetes, esperar desesperadamente o determinarse a ir con otro medio de locomoción que no esté “sometido” a huelgas. Así podrá llegar a tiempo a la montaña tan soñada, donde los bosques y los ríos permitirán un veraneo placentero y con temperatura adecuada, o “acercarse” a alguna de nuestra muchas y apetitosas playas donde buscar espacio para colocar la sombrilla, las sillas y las esterillas, siempre que los madrugadores en poner las suyas (que están vacías generalmente hasta mediodía o cuando se les antoje) hayan dejado algún hueco y, por supuesto, no en la primera línea por ellos acaparada. Claro que en las playas no solo se da este “fenómeno” de los madrugadores, sino ese otro de poderse observar todo tipo de personas, todo tipo de comportamientos, todo tipo de vestimentas, todo ello digno, para un buen observador que no tenga otra cosa que hacer, muy adecuado para anotar en libreta y escribir después el artículo, el reportaje o, si se tiene buena imaginación, el cuento o la novela corta.
Estas distracciones nos relevan de tener que estar pendientes de las ocurrencias de los políticos de turno, que son muchas y generalmente pintorescas por todas las áreas, incluyendo, inevitablemente, las de “nuestro pueblo”, donde se están produciendo una serie de movimientos y vaivenes que nos hacen temer que vayamos a tener, como dicen algunos, y no precisamente meteorólogos, un otoño e invierno calientes. Claro que ahora todo está aún en vías de confirmación y de asentamiento, aunque ya se comience a “asegurar” todo lo bueno que los que mandan van a hacer en los años venideros. Yo, ante los largos años que ya vienen gobernando los mismos de ahora, no tengo mucha confianza ni esperanza en que vayamos a cambiar mucho, aunque ya empiezan a lanzarse las noticiad de promesas y proyectos, incluyendo (asombrosamente el “propósito” de solucionar “eso del cableado” que tantos años de espera (gobernando los mismos) está acumulando. Es posible que los más directos responsables del terma, si llegan a leer estas líneas, se froten las manos pensando en que sí va a ser verdad lo que dicen, y que este modesto opinante se va a quedar con dos palmos de narices. Pues, la verdad, uno se quedaría no con dos sino con tres y cuatro palmos si tanta promesa fuera realidad en un año, porque si ya empezamos a decir que la nueva corporación municipal tiene cuatro por delante, mal empezamos. De todas formas, ¡suerte, vecinos del “cableado”!
Abramos los ojos y los oídos a la esperanza, aunque por detrás podamos cruzar los dedos de la incredulidad. Por cierto que “algo” hemos visto a raíz de las modificaciones ante la llegada de los nuevos autobuses. La parada situada frente a la plaza de toros, lugar el más inadecuado por lo que lo denunciamos reiteradamente, se ha trasladado, con mayor lógica, más cerca del paso de peatones y del acceso al nuevo barrio de la Comunidad y Tierra. Y aunque debería haberse variado aún unos metros más hacia dicho paso, al menos ahora ofrece mayor comodidad a los usuarios.
