Con auténtico asombro he leído una información en la que se dice que el director general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), centro que conozco muy bien desde hace años por mi vinculación al periodismo de turismo, ha dicho que dicha Organización “reconocerá a Segovia el esfuerzo en materia de accesibilidad hacia las personas con discapacidad con la distinción de capital accesible”. Me provocan serias dudas las intenciones de dicho presidente de una entidad tan prestigiosa como la OMT, pues me hace suponer que su afirmación no procede de un buen conocimiento de la ciudad. Porque estar aquí con motivo de una asamblea nacional, poco tiempo quedará libre para conocer un poco lo que es Segovia en materia de accesibilidad, palabra y concepto que ahora tanto se maneja, pero más a título propagandístico que como consecuencia de que en nuestra ciudad el nombre responda a una auténtica verdad.
Nos gustaría conocer a los segovianos si el director de la OMT ha cambiado impresiones con otros de la Fundación ONCE, que se dice colabora en proyectos destinados a mejorar la accesibilidad, porque miembros de la ONCE que viven, y padecen, nuestra ciudad, podrían aclararle muchas cosas. Nos gustaría saber también si ha cambiado impresiones con miembros de la Frater, cuyos asociados sufren a diario las incomodidades que se registran para un normal desenvolvimiento de estas personas. Nos gustaría conocer si el director de la OMT ha conversado con los numerosos ciudadanos que se mueven auxiliados por “andadores” o bastones y padecen a diario los altibajos que presentan las calzadas y las aceras. Y también sería interesante que se le informara de que en la entrada de la Casa Consistorial, para llegar al patio hay que descender ocho escalones con la ayuda de solo barras laterales; y de la inutilidad, ya hoy, pasados muchos años de su instalación, de bastantes docenas de bolardos porque los segovianos hemos aprendido de sobra, con su presencia, dónde se puede y donde no aparcar un vehículo.
También habría que conocer quiénes le han asegurado que todos los organismos públicos, todos los templos y otros monumentos de Segovia ofrecen accesos hábiles para el conjunto de las personas, contando no solo a los discapacitados, sino también a los ciudadanos de cierta edad que encuentra muchas dificultades para su desenvolvimiento en calles y plazas y en muy numerosos edificios, sin contar las muchas casas que, por la antigüedad de su construcción, aún no han podido aplicar algún sistema válido para quienes padecen algún defecto que les impida una movilidad normal.
¿Se le ha explicado cuantos espacios carecen aún de necesarias barandillas, cuántos aseos públicos -de los poquitos que existen- son accesibles para todos?
Tampoco estaría mal que se solicitara a quienes pretenden dar aquella titularidad que consulten a los responsables de las empresas que se erigen en los polígonos industriales, y concretamente en el más cercano al centro como es el de El Cerro, cuyos empresarios han reclamado ante el “eterno” olvido en que se tiene la conservación de sus aceras y otros espacios que presentan serias dificultades por resultar “difícilmente” accesibles.
En fin, que en este país lo de conceder honores y distinciones es cosa muy habitual sin tener muy en cuenta los verdaderos méritos y merecimientos de los posibles aspirantes al beneficio u honor. Obrar a la ligera es muy habitual entre los españoles, aunque luego, una vez convertidos en realidad los hechos, se demuestre con evidencia que no ha sido justo llegar a tales extremos.
En conclusión, que esperamos que la OMT y la Fundación ONCE reconsideren su decisión y, eso sí, se comprometan a seguir muy de cerca cómo evoluciona Segovia en materia de accesibilidad para cuando llegue el momento, poder hacer efectivo y real su propósito. Y lamento ser, quizá, “tan duro” en mis expresiones, pero me duele que eso de “Segovia ciudad accesible” vaya a suponer una mofa para discapacitados y otras muchas personas carentes de la movilidad necesaria para poder llevar una vida normal.
