Durante muchos años nunca fallaba la tradición de llevar a muchos escenarios españoles la mítica figura del gran conquistador, Don Juan. Un personaje del que existen noticias hace muchas décadas, aunque su fuerza e impulsos mayores nacieron en 1630 cuando a Tirso de Molina se le ocurrió la idea de presentar en escena la figura del conquistador en su obra teatral “El burlador de Sevilla”. Desde entonces, la figura de Don Juan ha dado mucha tarea a escritores, artistas y compositores. Tanto en teatro como en novela, el pretencioso conquistador ha protagonizado numerosas obras literarias (recordemos las de Lord Byron y Molière), y tampoco algunos de los grandes genios de la música le ha olvidado; por ejemplo, Mozart escribió una ópera con el título de “Don Giovani”, y a su vez, Richard Strauss dedicó uno de sus primeros poemas sinfónicos a “Don Juan”.
Pero lo cierto es que aquí, en España, la figura de Don Juan cobró realmente fama a raíz del drama de José Zorrilla que escribió en el pasado siglo XIX bajo el título de “Don Juan Tenorio”. Críticas de todo tipo ha recibido la obra. Según los gustos de quienes la analizaban, tras cada representación, para publicar en sus respectivos diarios y revistas, sin olvidar también las interpretaciones que cada actor de turno hacía del popular personaje. Recientemente el director de escena Eduardo Vasco escribía: “Soy consciente de sus ripios, sus imperfecciones y sus excesos, pero me pueden sus virtudes como artefacto dramático de primer orden”.
Segovia nunca ha sido ajena a las representaciones “del Tenorio”. A través de los años siempre las ha habido aquí, y lo demuestra el hecho de que el historiador y académico Mariano Grau recogiera en su estudio sobre “El teatro en Segovia”, publicado en la revista “Estudios Segovianos” en 1958, el título de “Don Juan Tenorio” entre los “dramas, comedias y sainetes” representados en la ciudad a lo largo del siglo XIX.
La última escenificación en Segovia tuvo lugar el pasado año, en el Teatro Juan Bravo, dentro de su programación anual. Fue una versión de Borja Rodríguez sobre el texto clásico de Zorrilla y la puesta en escena y representación estuvieron a cargo de la compañía MIC Producciones.
Pero esta representación retrotrae mi memoria a otras que en tiempos un poco más lejanos estuvieron a cargo de aficionados locales, concretamente de integrantes del Cuadro Lírico “Julián Gayarre” que se apartó en estas ocasiones de sus habitables representaciones de zarzuela para enfrentarse al drama de Zorrilla. Recuerdo, de aquellas actuaciones, las interpretaciones tan personales y particulares que hicieron de la figura de don Juan los inolvidables Leandro Martín Orejana y Jaime Pintor Santamaría, ambos ya en la memoria de todos.
Este año, ni compañías profesionales ni el siempre emprendedor cuadro lírico, se han decidido a programar “El Tenorio” en nuestra ciudad, para tratar de continuar una tradición que el 1 de noviembre era casi imposible de omitir en años pasados.
Por desgracia, el “Don Juan” se va viendo desplazado poco a poco por esa fiesta, o como quiera llamársele, que se conoce como Halloween y que entre nosotros, incomprensiblemente, es bien recibida, quizá precisamente por tratarse de una “importación” y no de una idea netamente española.
