Bien; como buenos ciudadanos, “las disculpamos”, pero no parece que solo el ruego y la respuesta sean suficientes. Lo digo porque en la ciudad suelen aparecer con frecuencia cartelitos como el que cito arriba, o la prohibición de estacionamiento determinados días y a horas concretas. No podemos negar que exista necesidad de esas prohibiciones o de la solicitud de perdón por las molestias, pero, pensándolo bien, el ciudadano creo que tiene derecho a más, es decir, a que si está pagando un dinero porque le dejen aparcar su coche en determinadas zonas, también debe tener derecho a que cuando en esas zonas no se pueda aparcar, quienes lo prohíben deben encontrar solución al caso y también facilitar otros espacios para que aparque el conductor que, repito, religiosamente ha pagado por una etiqueta que lleva en el parabrisas del vehículo. (Y ahora se nos informa que es Segovia la tercera capital de Castilla y León que tiene más alto el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica). También son perjudicados los comerciantes que ven impedido el paso a posibles clientes durante un tiempo indeterminado. La oficina encargada de promover rodajes de películas ¿no podría responsabilizarse en solicitar de las productoras una compensación económica para los perjudicados, que también abonan impuestos municipales y de todo tipo? Porque parece que solo encuentran alguna compensación los que la productora considera directamente afectados.
Estos cartelitos suelen ser frecuentes por rodajes de películas (por cuya acción suponemos que algo cobrará el Municipio), o por carga o descarga de muebles, o por ocupación por un contenedor para acoger restos de obras (que por estas cosas sí cobra el Municipio).
El cartelito de marras también debería ser obligatorio en aquellos espacios donde se colocan “hermosos” cartelones anunciando determinados eventos, justamente delante de monumentos artísticos que bien merecen estar siempre libres de obstáculos, y asimismo debería ponerse alguno en la Plaza Mayor delante de los “eternos e inadecuados” puestos de venta, ya considerados como “institucionales” y, al parecer, como muestra “identificativa” de la ciudad.
Al mencionar líneas arriba la cuestión de los aparcamientos “disculpables”, digámoslo así, he aquí que hace pocos días ha habido un cruce de misivas dirigidas a la directora de este medio en relación con un anteproyecto que se tuvo sobre la construcción de un gran aparcamiento, para cientos de turismos y muchos autobuses, en terrenos situados desde el actual Centro de Salud Segovia III en dirección al Azoguejo, capacidad que hubiera solucionado, al menos en una gran parte, el problema de Segovia, incluso sustituyendo a esos también tan solicitados, pero ignorados por el Municipio, “aparcamientos disuasorios”. Pero, miren por cuanto, como aquí a veces nos pasamos de listos, se prefirió ignorar (perdón, porque también yo ignoro los motivos) este proyecto y embarcarse en el del aparcamiento bajo la avenida del Padre Claret, que tantos problemas está dando en lo que se refiere a la vía que va sobre él, mal concebida y peor realizada desde el principio, con un pavimento horroroso, unas cristaleras que atentan contra el paisaje (de hecho hubo que cambiar la más próxima al Acueducto) y unas farolas iniciales que también hubo que suprimir para sustituir por otras de menor altura. Total, un desastre por todos los costados, sin contar con el presupuesto y con los “pagos” a efectuar por ocupación indebida de terrenos.
Así actuamos aquí de vez en cuando. Y los responsables, tan contentos y con disparo de cohetes en las inauguraciones.
