Recorrer pausadamente, de tiempo en tiempo, las estanterías de mi modesta biblioteca, suele depararme, en alguna que otra ocasión, una grata sorpresa. Puede ser un libro olvidado que me ofrece alguna novedad, un autor no muy conocido pero que de pronto toma actualidad, una publicación apenas manejada que puede ofrecer cosas muy curiosas…Y esta ha sido, ahora, la promotora de mi sorpresa. Se trata de siete volúmenes, de considerable peso cada uno, que albergan la colección de varios ejemplares, cada uno de ellos, de una revista publicada en Barcelona allá por la década del 1800. En concreto, contienen números de la revista “La Ilustración Artística, periódico semanal de literatura, artes y ciencias”, que destaca por su excelente composición y tipografía, muy dignas de considerar por tratarse de hace tantos años, como asimismo una amplia y muy seleccionada colección de grabados (muy pocas fotografías aún) tanto de obras pictóricas como escultóricas, principalmente de las primeras y procedente del arte de prestigiosos pintores españoles y extranjeros de años anteriores y del mismo periodo de la publicación de los textos. Grabados abundantes, digo, y que por sí solos merecen dedicar mucho tiempo a disfrutar de su calidad y contenido.
Los distintos números de la revista ofrecen, preferentemente, relatos de variada duración, algunos de los cuales exigen su continuidad en números sucesivos. No falta tampoco alguna obra teatral de corta extensión, también comentarios sobre la actualidad artística en Madrid y asimismo noticias sobre descubrimiento y novedades en las diversas modalidades de la ciencia y de la técnica.
En el repaso de las páginas me voy viendo sorprendido por la presencia de firmas tan sobresalientes como la Condesa de Pardo Bazán, Francisco Giner de los Ríos, Luis Mariano de Larra, Emilio Castelar, José de Echegaray, Marcelino Menéndez Pelayo, Clarín, Vital Aza, Armando Palacio Valdés, José Ortega Munilla, Francisco Pi y Margall, Carolina Coronado, Pedro Antonio de Alarcón, Juan Valera y un largo etcétera de nombres famosos en el panorama de la cultura española.
Uno de los firmantes mencionados, el pedagogo, filósofo, ensayista y creador y director de la Institución Libre de Enseñanza, Francisco Giner de los Ríos, escribe sobre famosos monumentos españoles, y entre ellos, en la revista de enero de 1889, aparece un trabajo sobre “La iglesia de San Millán de Segovia”, de la que hace una amplia y exhaustiva descripción. Pero no solo esta alusión a Segovia encuentro, sino que en la cabecera de la portada de cada número de la revista figura una ilustración, a toda plana, en la que se reproducen dibujos de varios monumentos españoles, entre los que figura nuestro Acueducto.
De los nombres citados anteriormente aclaro, por ejemplo, que José de Echegaray, Nobel de Literatura, era ingeniero y matemático, y sobre cuestiones científicas basan sus colaboraciones; José Ortega y Munilla, escritor y periodista, era el padre del filósofo José Ortega y Gasset, y Luis Mariano de Larra, funcionario del Estado, novelista y dramaturgo, era hijo de Mariano José de Larra.
Pero también destacan entre los firmantes nombres como el músico Francisco Asenjo Barbieri, autor de la música de la zarzuela “El barberillo de Lavapiés”, entre otras conocidas, y el de Ricardo de la Vega, dramaturgo y uno de los libretistas creadores de nuestro “género chico”, que era hijo de Ventura de la Vega, escritor y dramaturgo argentino pero que alcanzó fama como tal en España.
Comprenderá el amable lector, al que pido disculpas por estas reflexiones tan personales pero dignas de ser conocidas porque “también Segovia» está presente, lo oportuno que es “repasar” de vez en vez nuestras pequeñas bibliotecas, todas, por muy modestas que sean, archivos de un vasto contenido histórico, literario y artístico.
