Ahora resulta que la máxima autoridad municipal local está contenta por las decisiones del Ministerio de Hacienda de permitir utilizar libremente los ‘remanentes’, suspendiendo también las reglas fiscales de los consistorios en este año y el venidero. O sea, que ahora lo mejor es que sí ‘se queden’ en Segovia los 6,3 millones de euros sin que se los ‘lleve’ el Gobierno, como antes se apoyaba desde nuestro Ayuntamiento. En relación con este asunto, se acaba de publicar un informe del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha) sobre las cantidades de remanentes en las corporaciones municipales y provinciales de Castilla y León, en el que se indica que el Ayuntamiento de Segovia tiene un remanente de 9,17 millones (a ver si nos aclaramos y qué cifra es la correcta), y la Diputación Provincial, de 10,04 millones de euros.
Bueno es saber reconocer algunas cosas, aunque habrá que ver si el municipio también reconoce las ‘deudas’ que desde hace más de siete años tiene contraídas con el barrio de Las Canonjías. Porque, sinceramente, mucho me temo que con esta ‘deuda’ no se van a ‘atrever’ ahora, aunque la primera señora edil diga que “hay que ver entre los proyectos más necesarios cuáles están ya redactados, cuáles están definidos y pendientes de redacción pero se pueden hacer con celeridad…Sentar a estudiar todas las necesidades”. Así lo recogía este diario el pasado viernes. Pero si hasta el momento no ha habido interés por el tema, a pesar de tener en caja esos 6,3 millones que dicen los municipales, que proceden de superávits que no se han gastado, ahora…se seguirá igual, aunque sea este ‘remanente’ de Segovia uno de los más altos de la Comunidad. Y encima se diga que en 2021 se podrán destinar diez millones a inversiones. ¿Y no se pudo invertir algo antes en los tan necesitados de atención polígonos industriales, cuando ahora se anuncia que hay que invertir en ellos 8,5 millones?.
Mucho me temo que el proyecto de Las Canonjías no se considere necesario, porque desde que se hizo, dirán que ‘está pasado de moda’, otra forma de esquivar hacer frente a este asunto, que conlleva consigo el tristemente famoso del cableado, una pesada losa que tiene encima el actual equipo de gobierno, tan proclive a alardear de actividades, aunque sea preferentemente hacia los barrios ‘más preferidos’ (y ciertamente también muy olvidados). Pero, eso sí, invariablemente el Ayuntamiento ha dicho que HAY QUE PAGAR a cuantos vecinos de Las Canonjías reclamaron por el acuerdo municipal de cobrar el IBI desde cuatro años atrás.
Y con referencia a barrios, me informan que en algunos se están produciendo situaciones sociales muy comprometidas. Citan en concreto, como ejemplo, el caso de una familia cuyos componentes, matrimonio e hijo (el cabeza de familia sin trabajo desde hace años), han tenido que abandonar su domicilio y acogerse al de un familiar por causa del acoso a que estaban sometidos por parte de algunos vecinos, que llegaron a agresiones físicas al muchacho, que han provocado en él horror a tener que volver a su verdadero domicilio. Este problema, según dicen algunas fuentes, no es único y se vive en varias comunidades de vecinos de nuestra ciudad, sin que los estamentos oficiales correspondientes decidan nada sobre el tema, como ocurre con la familia a la que me ponen como ejemplo, a pesar de que se asegura han hecho reiteradas peticiones ante los órganos implicados en los asuntos de la convivencia social.
Termino hoy con una noticia positiva, porque siempre, por fortuna, se encuentra alguna. Me comenta una amiga muy aficionada al teatro que ha asistido a la primera representación realizada durante la actual situación en el ‘Juan Bravo’, que observó y destaca cómo se han respetado estrictas medidas de seguridad, con filas de butacas inutilizadas, separaciones entre las butacas en las hábiles, una constante vigilancia del personal para que el público mantenga colocadas las mascarillas, tres puertas de salida para abandonar el local…Así, asegurando estas y otras similares medidas, poco a poco los más temerosos de las reuniones en interiores podrán ir sacudiendo el miedo, aunque sin olvidar la precaución y eso de “si tú te cuidas, cuidas a los demás”.
