De director maldito a precandidato al Oscar, el realizador mallorquín Agustí Villaronga sigue rompiendo moldes con su película Pa negre, que se convirtió ayer en la primera cinta en catalán en ser elegida por la Academia de las Artes Cinematográficas para representar a España en Hollywood.
«Soy parco para estas cosas», es lo primero que dijo un director que, con su pequeño universo personal, batió a la gran favorita, La piel que habito, de Pedro Almodóvar, y otro filme sobre el mismo tema pero más comercial, La voz dormida, de Benito Zambrano.
«En la víspera pensaba hoy se va a saber, a ver qué pasa, pero de verdad que me he alegrado muchísimo, lo primero, porque es nuestro largometraje. Siento muchísima responsabilidad de representar a toda una industria, y luego -suspiró- también por el hecho de que sea en catalán».
El balear, reconocido en festivales como Cannes o Berlín con películas como El niño y la luna o El mar, mira ahora a los Oscar y, según confesó la productora de Pa negre, Isona Passola tras el anuncio de la Academia, fantaseó vagamente con esta idea cuando la cinta fue ovacionada en San Sebastián hace ahora justo un año.
Desde entonces, el largometraje le ha granjeado el reconocimiento en su país y con su público -2,6 millones de taquilla en cines-, nueve premios Goya y el Premio Nacional de Cinematografía. Pero Villaronga, que fue sorprendido comprando alcachofas cuando recibió 14 nominaciones a los galardones del cine nacional, ayer tampoco interrumpió sus labores de localización para la serie que empieza a rodar en noviembre para TVE, Una carta para Evita, en la que repite con Nora Navas -protagonista de Pa negre- y cuenta además con Carmen Maura, Juan Echanove y Ana Torrent.
Basada en una novela de Emili Teixidor, Pa negre capta la podredumbre moral que afecta a todo el abanico de ideologías en la Cataluña rural durante la posguerra española, un contexto que sedujo a Hollywood en El laberinto del fauno y Secretos del corazón, entre otras. Pero Villaronga, haciendo gala una vez más de su paladar para minorías, quiere dedicar unas palabras a los premios Ariel de México, en los que triunfó con Aro Tobulkhin: en la mente del asesino, coproducción entre España y México. «Quiero mucho a ese país, conozco ya los arieles y me gustaría muchísimo estar allí», reconoció.
Para el Oscar, en cambio, Villaronga tendrá que pasar primero la criba de las nueve prefinalistas y, después, saber el próximo 24 de enero si Hollywood considera definitivamente su filme. Superados estos dos cortes, acudirá a la gala que se celebrará el 26 de febrero y que presentará Eddie Murphy.
De momento, celebra ya la victoria por la que sería la vigésima candidatura del cine patrio en la categoría de mejor película de habla no inglesa.
De ser así, España volvería a aspirar a un galardón al que no opta desde 2004, cuando Mar adentro, de Alejandro Amenábar, se alzó con la cuarta estatuilla para el país, tras las logradas por Volver a empezar, de José Luis Garci, Belle Epoque, de Fernando Trueba, y Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar. El año pasado, Icíar Bollaín, que también hacía historia por ser la primera mujer en representar a España, no llegó a entrar entre las cinco finalistas.
