Las alturas atraen. Desde siempre. Y las torres de las catedrales de una forma especial. Bien lo saben en Murcia, donde este verano se han llegado a organizar visitas nocturnas para subir a la torre de la Catedral y poder disfrutar desde allí de espectaculares vistas del valle del Segura. Fuera de España también se ha explotado el atractivo turístico de estas torres. Quizá no haya mejor ejemplo que Notre Dame, en París, donde cada día cientos de personas ascienden al campanario en el que vivió el jorobado más famoso de la historia…
La Catedral de Segovia, a pesar de contar con la torre que, allá por el siglo XVI, llegó a ser la más alta de España, no había aprovechado este recurso. Hasta ahora. Hoy, la torre de la Catedral de Segovia abrirá al público, cumpliendo así el objetivo que se había marcado años atrás el Cabildo. Tal y como ayer reconoció el deán-presidente del Cabildo de la Catedral, Ángel García Rivilla, el proyecto se planteó en 2003, tras la conclusión de las obras de restauración llevadas a cabo en el templo . Pero, a pesar del “clamor popular” —según la expresión utilizada por García Rivilla— que pedía poder visitar la torre, el Cabildo “no ha podido hasta ahora” acometer esa empresa.
Por ello, cuando finalmente se ha hecho realidad la pretensión del Cabildo, tanto su deán-presidente como el obispo de Segovia, Ángel Rubio, insistieron ayer en “dar gracias a Dios” por la culminación del proyecto. En el acto inaugural de la apertura, monseñor Rubio recalcó que en la Catedral se unen dos aspectos, el cultual y el cultural, advirtiendo que “el edificio es un lugar destinado al culto; se hizo con intención cultual” y agregando a renglón seguido que “lo cultural es inseparable de lo cultual”, dado que, en su opinión, “el arte y la fe van unidos”.
Desde hoy, los visitantes podrán acceder a tres niveles de la torre, según explicó José Gómez, miembro de la comisión creada por el Cabildo para dirigir el proyecto. Gómez sí quiso avisar que el ascenso hasta el nivel superior, el campanario, supone subir casi 200 escalones, por lo que no recomendó la experiencia a quien no esté en buenas condiciones físicas.
En el primer nivel se sitúa una gran sala, decorada con tapices, en la que los visitantes podrán ver un vídeo, de casi diez minutos de duración, sobre la historia de la torre, relatada por un simulado canónigo de la Catedral. Tras subir otro tramo de escaleras se llega a lo que fue la casa del campanero, donde se puede recorrer la vivienda —con su cocina y alcobas— y la dependencia desde donde manejaba las cuerdas para tocar las campanas. Desde allí también se llega a la ‘Sala del Reloj’, así llamada por albergar un ingenio elaborado en Estrasburgo en 1882. Finalmente, en el tercer nivel se sitúa el campanario, con diez grandes campanas, y desde el que se aprecian magníficas vistas de Segovia y su entorno.