Cerca de dos millones de niños han muerto y otros seis millones han resultado heridos en la última década como consecuencia directa de un conflicto armado, según aseguró ayer un informe de la ONG Save the Children.
La organización recoge en su informe Impacto devastador: armas explosivas e infancia que lugares como Afganistán, Irak, Sri Lanka, Somalia, Yemen, Israel y los espacios ocupados de Palestina están a la cabeza como principales territorios donde el uso de armas explosivas tiene consecuencias trágicas y devastadoras para los menores. «De los 10 países que poseen la mayor tasa de mortalidad de jóvenes de cinco años, siete padecen, al menos, un conflicto armado», explica en una nota Save the Children. La ONG apunta que los conflictos acaban por deteriorar, en muchos casos, la mayoría de los servicios sanitarios o de educación. «Solo en los primeros seis meses de 2010, los ataques en Afganistán dejaron fuera de las escuelas a más de 400.000 niños y niñas. A esto, debemos sumar los numerosos destrozos que provocaron las luchas en todos los hospitales del país y sus alrededores», asegura el informe.
Además, se advierte del posible daño psicológico que puede provocar una guerra en los menores, puesto que podría afectar tanto a la educación como a la sociabilización de los niños, haciéndoles todavía más vulnerables a la explotación y el abuso por parte de los mayores.
La entidad recuerda que cerca del 90 por ciento de las víctimas de enfrentamientos armados son civiles. «Muchos de los conflictos actualmente abiertos, como los de Libia, Afganistán, Costa de Marfil, o Yemen, representan claros ejemplos en los que la población es siempre un claro objetivo militar», asegura la ONG, que advierte de la enorme culpa que tienen las autoridades, al utilizar, de forma irresponsable, a menores en la primeras filas de muchas de las protestas que abarrotan las calles de estos países en los últimos meses.
«Todos los Estados deben comprometerse a no emplear explosivos en áreas pobladas en todos los conflictos en los que están involucrados, especialmente cuando exista la posibilidad, por mínima que sea, de que dicha munición tenga un impacto directo o indirecto sobre las vidas de menores», añaden desde la asociación.
Ejemplos
Así, Save the Children ofrece casos de las zonas donde los niños son más vulnerables. Tras los bombardeos israelíes sobre la franja de Gaza entre diciembre de 2008 y enero de 2009, los menores supusieron un tercio de los muertos.
Así, el fallecimiento de personal urbano por los ataques aéreos estadounidenses en Pakistán alcanzó el 30 por ciento.
En Yemen, el Ejecutivo lanzó una ofensiva contra la insurgencia del norte del país en agosto de 2009, provocando la muerte de 189 chavales y causando heridas a 150.
Por otra parte, el recrudecimiento del conflicto en Somalia supuso la muerte de 1.000 civiles.
Desde esta ONG se asegura que «en un hospital de Médicos sin Fronteras, mujeres y menores de 14 años supusieron el 38 por ciento de todos los atendidos por heridas de guerra».
