Sin haber alcanzado el grado de excelencia futbolística, o al menos así opina Santi Sedano, la Gimnástica Segoviana sí se encuentra en un nivel muy alto a estas alturas de temporada. Si hace dos semanas fue el Numancia B quien cedió el liderato en La Albuera, en la tarde de ayer fue la Arandina quien dobló la rodilla por primera vez en la presente temporada frente a un conjunto gimnástico que táctica y físicamente se mostró superior al primer clasificado del grupo octavo.
Cierto es que la Arandina tiene excusas, por más que su técnico no quisiera ponerlas en la rueda de prensa posterior al choque. Porque el conjunto ribereño tenía bajas, y venía de jugar un exigente partido el pasado miércoles. Pero no es menos cierto que el líder presentó un once de muchas garantías, que no se vio en ningún momento superior a la Segoviana. Más bien lo contrario.
El equipo de casa tuvo el partido controlado en todo momento, y dominado en muchas fases del mismo, sin apenas cometer errores más que uno de Ricardo, minuto 7 de partido, que propició una rápida contra visitante, con centro de David Álvarez al que no llegó Zazu.
Esa acción, junto con un remate del propio Zazu desde la frontal que mandó Facundo a córner, en el último minuto de la primera parte, fue lo único peligroso de la Arandina en todo el acto inicial. Entre medias, prácticamente el resto de ocasiones fueron locales, y todas se encontraron con un acertado Alex, que impidió que los remates de Calleja, Ricar, Rubén y Ricardo se convirtieran en gol. Porque la Segoviana, sin llegar de manera constante al marco contrario, sí generó oportunidades suficientes como para dar la sensación a la grada que, de marcar algún equipo, debería ser el azulgrana.
Se esperaba una Arandina ambiciosa en los primeros minutos del segundo tiempo, tratando de adelantarse y salvaguardar después su renta, pero la Segoviana desactivó de manera muy eficaz el esquema ofensivo ribereño, y solo Zazu parecía capaz de desarbolar de alguna manera el entramado defensivo azulgrana.
El paso de los minutos fue otorgando de nuevo el dominio del partido a los azulgranas, que comenzaron a sumar de nuevo llegadas de Dani Arribas, de Alex, de Roberto… hasta que, a 15 minutos para el final, un balón cruzado hasta la posición de Quique dejó al lateral en buena posición para centrar al área. Pero el interior segoviano sorprendió a todos, portero incluido, lanzando directamente al desguarnecido marco, y logrando un gol muy celebrado en la grada.
La Arandina, que había cambiado ya su estilo de juego, metiendo a David Terleira junto a su hermano Gustavo en la punta del ataque para tratar de ganar la batalla por alto, reforzó aún más su intención al verse por detrás en el marcador, planteando la batalla por alto. De esa batalla no tardaron en salir los primeros heridos. En un balón colgado desde la banda derecha, Facundo chocó con Terleira en su intento de despejar, y ambos quedaron tendidos en el terreno de juego. el primero con la nariz rota, y el segundo, en principio, con una fuerte conmoción. El árbitro señaló falta del atacante, ante las protestas de los jugadores visitantes, que reclamaron penalti.
Con ambos futbolistas sustituidos, Pablo ocupó la portería azulgrana, y Borja se sumó a la ofensiva de los ribereños, que tan solo sumaron una ocasión más para marcar, con un remate de cabeza de Zazu que se marchó fuera. En la última jugada del partido, el colegiado no atendió de nuevo la reclamación de la Arandina, que pidió penalti por manos de Roberto, y señaló el final del choque cuando Dani Lázaro encaraba totalmente solo la portería de Alex. El 1-0 se convirtió en el marcador definitivo de un partido accidentado en su tramo final, pero del que se puede sacar la conclusión de que terminó ganando el equipo que más intención puso por llevarse los tres puntos.
