Delante del micrófono, en tono apesadumbrado, Gerardo Martino confesaba: «Independientemente de lo que digan las matemáticas, que son casuales en este momento, la Liga nos permitió llegar hasta hoy. Obviamente, nos hubiera gustado llegar hasta el final con posibilidades». El discurso de la derrota, de quien levanta la bandera blanca en la batalla, se produjo instantes después de que el Barça dejase escapar una victoria ante el Getafe (2-2) en la noche del pasado sábado. Y en su parlamento, ya hablando de su futuro, con aroma a despedida, el ‘Tata’ dejó caer un lacónico «no di la talla y no espero una segunda oportunidad».
El destino ha querido hacerle un guiño completamente inesperado. En uno de los finales de Liga más apasionantes e increíbles de la historia de la competición, de repente el derrotado puede ser el vencedor, y el equipo que se apartó (y así lo reconocieron todos: jugadores, directivos aficionados y prensa afín) para que fueran otros quienes luchasen por el campeonato puede ponerle el nombre al campeonato.
No es la primera vez que el torneo le brinda una segunda oportunidad al Barça. Prácticamente cada vez que se despidió del título, sus principales adversarios respondieron inmediatamente con un pinchazo similar. Hasta llegar al día de hoy, en el que el Barcelona reeditará el título si gana los dos partidos que le quedan: mañana (19:00 horas) ante el Elche y el fin de semana que viene, en el que puede ser el duelo más apasionante de la historia reciente de la Liga: en el Camp Nou ante el Atlético de Madrid.
INICIO DE RÉCORD
Martino no siempre fue el personaje de discurso rendido. Con su llegada, el Barça firmó el mejor arranque de su historia: ocho triunfos consecutivos y un liderato incontestable, con 28 goles a favor y solo seis en contra. El empate en Pamplona (0-0) evitó que el cuadro azulgrana igualase al menos el registro histórico del Real Madrid de la campaña 68/69, que arrancó la campaña con nueve victorias seguidas.
No obstante, solo fue un accidente: hasta la jornada 14, el Barcelona siguió coleccionando los puntos de tres en tres, incluyendo el 2-1 en el clásico ante el Real Madrid… hasta que llegó a San Mamés. Allá le esperaba el Athletic de Valverde, que frenó el seco el brillante inicio de Martino como entrenador del Barça: un 1-0 (gol de Muniáin) que dejaba el liderato de la tabla compartido con el sorprendente Atlético de Madrid de Simeone.
Al término de la primera vuelta, sellada con un empate entre los colíderes en el Vicente Calderón, las dudas que ofrecía el equipo tenían más que ver con las sensaciones y el fútbol que con los resultados: 50 puntos sobre 57 posibles.
LA CRISIS DE ENERO
El Barça arrancaba la segunda vuelta con un sorprendente empate en el campo del Levante (0-0), equipo al que había comenzado la Liga endosando un 7-0… pero el destino le hizo el primer guiño al equipo azulgrana: el Atlético, que contaba por victorias sus partidos en casa, se dejó empatar por el Sevilla (1-1).
Pero la crisis de enero tuvo su punto álgido el último día de mes, cuando el Valencia profanaba el Camp Nou (2-3) y el Atlético de Madrid, con un 4-0 sobre la Real Sociedad solo dos días después de la muerte de Luis Aragonés, se ponía por primera vez en 18 años como líder en solitario del campeonato. El bloque ‘culé’ ponía fin a una racha de 59 jornadas consecutivas en lo más alto de la tabla…
No obstante, la Liga le concedió otra segunda oportunidad solo una jornada después, cuando el Atleti caía contra todo pronóstico (2-0) en el campo del Almería. Esta circunstancia, unida al empate del Real Madrid (1-1) en el Nuevo San Mamés, le devolvían al primer puesto.
DE IDA Y VUELTA
Los golpes que ha ido encajando el Barça han sido prácticamente la antesala de las sonrisas. Volvió a demostrarse en la jornada 25: la visita a Anoeta se tradujo en una dolorosa derrota por 3-1 y el riesgo de desengancharse del campeonato, pero de nuevo el destino conspiró en azulgrana: el Atlético caía por 3-0 en El Sadar y solo una jornada después, en el derbi madrileño, Atleti y Real firmaron el mejor resultado posible para el Barcelona (empate, 2-2). La consecuencia es que, en lugar de descolgarse, el Barça apretaba: se colocaba segundo a solo un punto del equipo blanco.
Todo parecía irse al traste, sin embargo, en la jornada 27: centrado en la Champions, acusando las bajas, el cansancio o cualquiera que fuese la circunstancia, el Barça salía derrotado de Valladolid (1-0, gol de Rossi) y la Liga parecía alejarse definitivamente. El liderato estaba ya a cuatro puntos y en posesión del Real Madrid, que ofrecía unas sensaciones magníficas en la antesala del partido que podía destrozarlo todo: el clásico del 23 de marzo.
OTRA RESURRECCIÓN
Cuando todo el mundo daba por supuesto que el Madrid endosaría al Barça una goleada ilustrativa sobre el cacareado fin de ciclo blaugrana, el equipo del Tata Martino realizó un majestuoso ejercicio de supervivencia: con un Messi magistral, tomó el Santiago Bernabéu con un 3-4 que de nuevo le reenganchaba al campeonato; otra vez, una segunda oportunidad, fabricada en esta ocasión por él mismo: seguía tercero, pero ahora a solo un punto de distancia de los dos colíderes….
Todo parecía ir sobre ruedas, sobre todo después de que el Real Madrid pinchase una jornada después en Sevilla (2-1). Pero en el tira y afloja, el Barça se dejó media vida en Granada en la 33ª entrega del campeonato. El 1-0 de Los Cármenes, unido a los triunfos de sus competidores, le deja al borde del abismo: a cuatro puntos del Atlético. Un abismo al que el Barça decidió tirarse el sábado pasado, cuando el Getafe empató en Barcelona. Sin embargo, la segunda oportunidad más inesperada de todas le llegó en forma de derrota del Atleti y empate del Real Madrid; solo sería real si el Madrid pinchaba en alguno de los tres partidos que le quedaban… y fue a la primera de cambio, el pasado miércoles y en el partido aplazado de la jornada 34: el Valladolid rascó un merecido empate al equipo de Ancelotti y el Barça, contra todo pronóstico, vuelve a creer en algo que ya había descartado.
