El campus María Zambrano se vistió de largo ayer para albergar la ceremonia de graduación de los alumnos de la octava promoción de Publicidad y Relaciones Pública, una gran fiesta de estudiantes, familiares y profesores, y un acto de exaltación del orgullo de pertenencia a la universidad pública.
La ceremonia que congregó a cerca de un millar de personas marcará un hito en la historia de la Universidad de Valladolid y de la ciudad de Segovia, ya que tras muchos años de espera es la primera graduación que se desarrolla en el ágora del nuevo campus, del que aún solo se ha construido la mitad, y también es el primer acto masivo que acoge este espacio abierto a la ciudadanía. Los protagonistas del gran debut fueron los 184 egresados que con su trayectoria académica evidencian los avatares que han acompañado en los últimos años a los estudios de Publicidad y Relaciones Públicos. Como bien indicaron los propios estudiantes, la octava promoción ha pasado por los tres centros que ha ocupado la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación: el Palacio de Mansilla, el centro Mahonías y el nuevo campus María Zambrano.
Este periplo fue también recordado por el vicerrector José Vicente Álvarez Bravo y por el decano de la citada facultad, Agustín García Matilla, que presidieron la gala junto a la madrina y al padrino de promoción, los profesores Eva Álvarez Ramos y Pablo Pérez López.
El protocolo no restó fuerza y ni entusiasmo a una ceremonia que comenzó con el desfile de los egresados por el centro del ágora mientras se proyectaban las fotos de cada uno en la orla. Tras el discurso de bienvenida del vicerrector, el decano tomó la palabra para ensalzar a una promoción “brillante en su conjunto, divergente y activa” que, a su parecer, representa los valores de la juventud española, y está “decidida a demostrar que ante los recortes impuestos a la universidad, no vamos a renunciar a derrochar en creatividad, en ilusión, y en el desarrollo de ideas y proyectos”. García Matilla no olvidó reivindicar públicamente “la finalización de este Campus, en un plazo, esta vez razonable”. De cuatro en cuatro, los licenciados pasaron ante la mesa presidencial para recoger los diplomas universitarios con los que se abrirán paso por el camino profesional. Los aplausos de profesores y familiares, entre gritos de “Viva la octava”, cerraron la gala.
