Santiago Ortiz Casares. Nuestro personaje de hoy es por todos conocido en el mundo del atletismo como Santi Casares. Es más personaje por su eterna colaboración con áreas deportivas que por haber conseguido una medalla olímpica, o un campeonato mundial, o de Europa, o de España, o de C y L, o de Segovia, o de su barrio. Santi era feliz saliendo a correr hace años por la Alameda del Parral con su amigo Jai y algunos más. Ahora, los años pesan un poquillo más y sale a pasear también con otros, entre ellos Julio, un campeonísimo de la Carrera del Pavo.
Santi es muy amigo de los detalles, de esos que se revelan como absolutamente sinceros porque salen del alma; por ejemplo, en la ‘Cena del Miguelín’: una cena que se celebra días antes de la Media Maratón Segoviana. Se llama así en homenaje al atleta maratoniano Miguel González (el que muchos han conocido de ‘Deportes Everest’ o ‘La Dalia’ y que ahora sigue corriendo en el cielo). En tal evento se nombra al Miguelín del año. La organización le invita en el ‘Rte. Casares’ y le regala una figura esculpida por Ignacio Sanz. Santi le obsequia también con un cuadro de José Luis López Saura. Es típico y tópico que unos días antes, en la presentación de esa prueba, y para servir un aperitivo, aparezca nuestro personaje con smoking y zapatillas deportivas; y los camareros llevando el mismo calzado. Santi colabora también con la Carrera de San Silvestre; y ¡cómo no! con la Gimnástica Segoviana.
Necesitaría bastantes columnas para relacionar los eventos en los que Santi está dispuesto para ayudar económicamente o de otro modo al deporte de su tierra. Eso se llama ser una persona generosa con los suyos; por ello ¿Cómo no va a ser un personaje genuino del deporte segoviano?