Estimada Directora: por medio de esta sección tan cercana a la ciudadanía, que leen 784.982 usuarios, quiero manifestar mi modesta opinión favorable a la discutida concesión del título de “Hijo Adoptivo de Segovia”, para el arquitecto Silvestre Manuel Pagola Bireben, que desde, 1923 a su fallecimiento en 1943, fue Arquitecto Municipal de nuestra ciudad, justo y necesario reconocimiento que la actual corporación municipal, por bien nacida, propone agradecida, aunque parece que hay grupos de ediles que votan en contra.
Si ya en 15 de enero de 2020, en artículo titulado “Nuevo S.O.S Villa Estrella” y en anteriores escritos, con absoluto respeto y comprensión a la voluntad de sus legítimos propietarios para hacer con su finca lo que deseen y les convenga, solicitaba “amnistía” para este chalé que destacaba con estilo montañés y firma de autor entre edificios anodinos de la Avenida Ezequiel González, hoy, ya efectuado el derribo de tan singular edificio, aunque todavía sin construir el grupo de viviendas, alternativa que quitará protagonismo y vistas a la iglesia de Santo Tomás Apóstol, románica del siglo XIII, hoy escribo estas líneas para, modestamente, sumarme a quienes opinan que pocos profesionales merecerán nombrarles “segovianos” como quien proyectó para Segovia importantes servicios y mobiliario urbano, mercados de Santa Eulalia y Los Huertos, la colonia Varela o el Colegio Primo de Rivera (hoy Diego de Colmenares), y edificó el conjunto de inmuebles con el innegable estilo racionalista y sello personal del artista vasco segoviano, entre los que destacan los de Fundación Nicomedes García, Clínica Gila, Plazuela de la Rubia, edificio bar Giorgio, edificio de la Plazuela de Santa Eulalia (salvado del propósito de derrumbe…), o esta citada villa tan admirada que podemos imaginar en deliciosos pueblines montañeses o en paseos marítimos cántabros, incluso en la misma elegante capital Santander. Opinión de nombramiento que avalan Instituciones tan segovianistas y autorizadas como el Colegio de Arquitectos, la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, o Amigos del Patrimonio.
No entiendo que ningún segoviano pueda oponerse a este reconocimiento a quien tanto hizo por la ciudad y tan dignamente pueda llevar tal distinción de ciudadano de la ciudad que tanto amó, en la que formó un hogar y vivió en el castizo barrio de Santa Eulalia, y a la que le dio servicios y edificios que sobresalen de la construcción de más o menos modernos, pero sin estilo propio alguno.
El Reglamento de Honores y Distinciones de nuestro Ayuntamiento, en su art. 35 dice: ”El título de Hijo Adoptivo de la ciudad de Segovia se concederá a aquellas personas no naturales de la misma cuyos merecimientos lo recomienden”. Si leemos la selecta nómina de mujeres y hombres que merecieron tal honor, veremos, aparte del colectivo anual de cada promoción de alumnos de nuestra Academia de Artillería, políticos, artistas, deportistas, escritores, industriales…que destacaron por su segovianismo, lista en la que para nada desmerecería el nombre de Silvestre Manuel Pagola, vasco por naturaleza y segoviano por vocación, que tanta obra y progreso aportó a nuestra ciudad.
Podemos afirmar que como dice en el himno de nuestra Patrona Virgen de la Fuencisla “…Por ti Segovia es lo que es”, pero se la mandó hacer, arreglar, dotar y enjaezar a los arquitectos Odriozola y Pagola.
Gracias por poder opinar ante 784. 982 lectores.
Manuel Fernández Fernández