Navafría es un pueblo con una fuerte personalidad en donde gustan de mantener vivas las tradiciones que han venido formando parte de su particular identidad colectiva. Ubicado al píe de la sierra que preside el pico del Nevero con su mayor altitud, puede presumir de un paraje natural inigualable, configurado por la profundidad de sus densos pinares y de la calidad y cantidad de sus aguas superficiales, que tienen como imagen más representativa la de la cascada del Chorro. Desde el punto de vista etnográfico, tampoco es que vayan mal. Ahí está el Martinete, última instalación industrial donde los artesanos se batían el cobre a través de ingeniosos recursos hidráulicos para aprovechar la fuerza motriz del agua. Pero el pasado sábado 25 de enero, Navafría ha vuelto a ser noticia, otro año más, por una peculiar tradición, que los que saben de estas cosas remontan su origen a épocas medievales.
La fiesta de las mujeres soldados que cada año se reúnen para festejar a San Sebastián, posiblemente sea una de las costumbres populares con mayor arraigo en la provincia de Segovia. Si bien, debe admitirse que aquejada la localidad de la misma enfermad que gota a gota va deshabitando a diario a los pueblos de Castilla, se han visto obligados, más bien obligadas, a trasladar la fiesta al inmediato fin de semana posterior al 20 de enero, que es el día en el que los Sebastianes y Sebastianas del mundo suelen celebrar su onomástica. Ha sido este último sábado cuando volvió a formar el ejercito de mujeres a las órdenes de su capitana, en esta ocasión y por turno rotatorio le ha correspondido el honor a Belén Arcones, que secundada por la Quitavergüenzas, la Teniente Capitana y otra más sin graduación, todas ellas casadas y a las que se unen otras cuatro mozas solteras: la Primera, con bandera y las otras tres portando cuchillón, han recorrido las calles del pueblo precediendo a la imagen del santo portada por sus maridos y padres y a los sones de la dulzaina cuyo acompañamiento musical nunca falta en todas nuestras fiestas. Salud a todos los vecinos y vecinas de Navafría para que año tras año sigan celebrando y disfrutando de esta especial tradición, única en su género.