La cuesta de Enero está teniendo su representación más clara y dramática en el seno de la Gimnástica. La apertura del mercado ha hecho saltar por los aires la tranquilidad que reinaba en el equipo blaugrana tras la primera vuelta, bien ganada por alcanzar esos 25 puntos que sabían a gloria y, lo más importante, unas sensaciones más que positivas para plantar cara (y ganar) a equipos con presupuestos infinitamente superiores y en posiciones de privilegio en la tabla clasificatoria.
Las dos derrotas, especialmente la del último ‘partido’ en Irún, más las bajas por lesiones y sanciones y la salida de Davo hacia la Isla Blanca, no vislumbran un panorama alentador.
Todo lo expuesto anteriormente es un planteamiento objetivo, refrendado por datos y que, en estos tiempos donde las estadísticas se anteponen ante cualquier otra situación, podría hacer pensar a más de un agorero que es mejor tirar la toalla y que todo lo hecho hasta ahora ya no sirve para nada.
A todos los que piensan de ese modo (allá ellos) me gustaría decirles que, afortunadamente, las matemáticas dejan de ser una ciencia exacta cuando se mezclan con césped, balón, botas y Radio Salil (se sigue utilizando esa pomada maloliente?) y que si algún maestro lo ha demostrado una y otra vez , con teoría y práctica, es Ramsés y su cuerpo técnico.
No es nada malo pasar unas horas de duelo tras el ‘partido’ de Irún pero no tengo la menor duda que ya han tomado aire y que, desde el primer entrenamiento, ya tienen entre ceja y ceja el partido del viernes.
No toca empezar de cero. Sería una falta de respeto a esos 25 puntos conseguidos con sangre, sudor y lágrimas. Todos sabíamos que sería complicado y cercano al milagro salir airosos de esta temporada, pero no den por muerto a este equipo. Ahora, con la situación expuesta, el frío, el agua la lluvia y los horarios, es más cómodo quedarse en casa y esperar que ellos solos terminen de achicar agua para volver a subirse al barco. No se lo merecen. Toca remar hasta el final y los que acaben por unirse, como dice Agustín, “que vengan queriendo jugar en esta categoría, por encima del dinero”.
Tengo claro que del barco de Ramsés no me bajo. ¡Aúpa Sego!