No está el país sobrado de buenas noticias y, ni la educación en su conjunto, ni la Universidad pública en lo específico, se valoran como merecerían, a pesar de su trabajo ingente.
Las noticias sobre la pandemia han copado el mayor número de páginas de los periódicos, un porcentaje muy elevado de los tiempos de radio y televisión, y de los espacios en webs y redes sociales. En este período, la Universidad no ha podido perder ni un minuto en publicitarse y ha tenido que invertir una gran cantidad de recursos para adaptarse a estos tiempos de pandemia en un margen muy breve de tiempo.
Así lo ha hecho la UVa, y más específicamente, este Campus. Desde el primer momento de esta crisis sanitaria, pusimos nuestros recursos a disposición de las instituciones educativas y de diversas asociaciones que también han trabajado para dar un servicio público orientado a combatir el Covid-19. Lo hicimos poniendo a disposición las impresoras digitales de nuestros grupos de investigación y empresas lideradas por ex alumnos, para la fabricación de piezas de pantallas protectoras. Esto fue en los peores tiempos de la pandemia; y también lo hicimos cuando, después de meses sin actividad normal, preparamos la recepción a los estudiantes de la EBAU y a su profesorado, buscando mantener las máximas condiciones de seguridad y diseñando una campaña de bienvenida para evitar los miedos e incertidumbres de los estudiantes y reforzarles en su autoestima en un momento tan importante de sus vidas. Éramos conscientes de que las duras circunstancias vividas en período de pandemia por profesores y estudiantes de Bachillerato, podían debilitar su rendimiento .
Desde el comienzo de curso, hemos prestado la ayuda requerida a los centros escolares, situados en los espacios anexos al edificio del Santiago Hidalgo, antigua Escuela de Magisterio de la UVa y hemos cedido el ágora del Campus para las jornadas que la Asociación Andrés Laguna nos ha solicitado recientemente, asumiendo nuestra función de anfitriones, para debatir sobre las enseñanzas que nos ha dejado esta inmisericorde pandemia.
Presencialidad segura y enseñanza bimodal con recursos adecuados
Desde comienzos del pasado verano hemos trabajado para poder tener un comienzo de curso que contara con las necesarias garantías sanitarias. Hemos preparado nuestras aulas y espacios comunes, para un regreso a las aulas con una “presencialidad segura”. En el momento de escribir este artículo hemos completado el primer mes de clases sin incidencias destacables. Hasta este viernes 23 de octubre, sólo hemos tenido 4 casos detectados en estudiantes, que habían contraído el virus fuera de nuestras aulas, frente a las decenas de casos registrados en otras provincias de Castilla y León.
El protocolo interno de la UVa ha permitido que la persona encargada de la coordinación Covid de cada centro, junto con el Coordinador Covid del Campus, envíen diariamente la información sobre las incidencias detectadas simultáneamente a Prevención de la UVa, Rectorado y Secretaría General, en Valladolid. Esta información es también diariamente enviada al servicio de Epidemiología de la JCYL, en la misma ciudad. Esto permite que en caso de incidencias graves se puedan adoptar medidas urgentes como ha sido el caso del confinamiento de todos los residentes en la Residencia Alfonso VIII de la UVa en Valladolid.
En todos los casos que se detectan, los estudiantes guardan la correspondiente cuarentena junto con sus compañeros de piso y/o residencia. Sólo en uno de los 4 casos detectados en Segovia, ha habido un contacto más directo con una profesora en una tutoría. Esto ha llevado a que esta docente se haya quedado en casa de forma preventiva guardando cuarentena, esperando los resultados de la prueba serológica.
Hay que recordar que, desde el comienzo del curso, el profesorado de alto riesgo está autorizado a impartir sus clases en línea, fuera del aula.
Buena respuesta de los recursos tecnológicos adquiridos
A mitad de marzo de este trágico 2020, nuestra Universidad debió adaptar, de un día para otro, su modelo de enseñanza presencial, a una enseñanza en línea, que también pilló a contrapié a todas las universidades presenciales de nuestro país. En el caso de la Universidad de Valladolid, el Centro VIRTUVA y el Servicio de Tecnologías de la Información y de la Comunicación (STIC) debieron afrontar esos meses de confinamiento y máxima alerta, desarrollando procesos de formación y actualización del profesorado y realizando sobre la marcha la adaptación tecnológica de su Campus Virtual.
La UVa en su conjunto ha invertido hasta ahora 9 millones de euros para afrontar todas las necesidades preventivas y de incorporación de recursos tecnológicos. No existe garantía alguna de que el Ministerio de Universidades pueda sufragar una cantidad que se aproxime a la suma invertida, nos obstante, el equipo de gobierno de la UVa no ha limitado, en ningún momento, las inversiones que ha creído necesario realizar para afrontar un curso en el que se pueda mantener la calidad de su oferta formativa, adaptándose a las nuevas circunstancias.
En el caso del Campus María Zambrano también se ha aplicado de forma estricta un modelo innovador de mapa virtual, diseñado por la UVa y único en España, que ha permitido que en todas las aulas de nuestra universidad se haya garantizado el mantenimiento de la distancia de seguridad, con el refuerzo del uso de masacarilla y gel hidroalcohólico a la entrada de todas las aulas. La merma de la capacidad normal de las aulas ha exigido un trabajo añadido de coordinación a los equipos directivos de los tres centros del Campus: Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación, Facultad de Educación y Escuela de Ingeniería Informática. Gracias a la colaboración de los equipos directivos, de todo el profesorado y del alumnado, se ha conseguido afrontar este comienzo de curso con esa nueva normalidad académica, sin incidencias relevantes.
El haber podido llegar a esta situación más apacible de lo que podíamos augurar, se puede explicar pues desde el mes de junio se ha venido trabajando sin pausa, organizando demostraciones intensivas de equipamiento, coordinadas desde VIRTUVA, STIC y Campus, por parte de diferentes proveedores, para seleccionar las tecnologías más adecuadas. En el mes de julio se han tomado las decisiones de compra, en el mes de agosto se han hecho obras para ampliar las aulas, se han adquirido e instalado, en las 42 clases y laboratorios, equipos completos de audio y vídeo que cumplían el requisito de máxima calidad y precios ajustados. Ya en el mes de septiembre, se ha aplicado una señalización provisional, tras estudiar los flujos de movimientos internos que garantizaran la seguridad de toda la Comunidad universitaria. Esto ha permitido afrontar una docencia mixta bimodal, presencial y en línea, que ha mantenido los niveles de calidad y ha evitado las carencias detectadas durante el período de pandemia.
Todo esto ha permitido que la UVa mantenga la calidad de sus ofertas y, como veremos en el siguiente artículo, haya conseguido superar los 2.300 estudiantes en este curso. Todo gracias al esfuerzo de una comunidad académica que ha demostrado su nivel de compromiso. En la siguiente entrega, hablamos de los retos que nos quedan por delante para que Segovia pueda seguir sintiéndose orgullosa de su Universidad Pública.
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(*) Vicerrector del Campus María Zambrano de la UVa en Segovia.