Volver a las calles que marcaron las etapas de la niñez y de la adolescencia evoca un bucólico estado de ánimo que rebobina de inmediato hacia momentos especiales. Familia, amistades y algunas muchas primeras veces de algunas muchas cosas. Y es que las calles de Aguilafuente pueden presumir de ser el primer escenario en el que Olga Casado se puso delante de un astado; al igual que su Plaza de Toros fue testigo de su primera encerrona en solitario. Primeras veces de la que hoy en día, pese a su juventud y su aún incipiente carrera, es considerada como todo un fenómeno en el mundo del toro y en la sociedad. Por su torería, elegancia e implicación. Tal es su compromiso con la tauromaquia y su empeño en darla a conocer que en medio de su campaña americana, donde ya ha toreado en países como México y Ecuador y donde la esperan en los próximos días compromisos en Colombia, hizo un parón para regresar a España y mantener el viernes un encuentro con sus seguidores y miembros de la Peña Taurina que lleva su nombre y con los aficionados segovianos.
Emocionada, Casado (Madrid, 2002) comenzó dando las gracias por el apoyo recibido por parte de su pueblo materno, que tanto la ha marcado de niña. Visiblemente conmocionada, asumió con responsabilidad el acto como si delante del toro estuviese. “Hacía mucho tiempo que no estaba con vosotros y siempre es especial venir aquí. Llevo mucho tiempo sin poder disfrutar de mi gente y en Aguilafuente tengo los recuerdos más bonitos del mundo. Siempre que vengo aquí me emociono mucho”, reconoció con la voz entrecortada para añadir: “Estoy cumpliendo un sueño y está siendo muy bonito. Al fin y al cabo es a lo que me quiero dedicar y espero que todo el tiempo que estoy perdiendo por no poder estar con mi gente de aquí se vea recompensado en un futuro”.

Esas fueron las primeras palabras de un acto en el que estuvo acompañada por las periodistas Isabel Lozano, hija del diestro Fernando Lozano que intervino en representación de la ganadería familiar de Alcurrucén, y por Berenice Lobatón, como moderadora, en un encuentro en el que Juan Fuentes y Raquel Alonso, de la Peña Taurina, fueron los encargados de dar la bienvenida.
La tertulia prosiguió con un repaso de los inicios, una afición que brota sin antecedentes taurinos en la familia: “Mi pasión por el toro nace aquí, en Aguilafuente. Aquí me colaba cada año para correr los encierros y mi momento favorito del año siempre era el verano para venir al pueblo y correr toros”.
Tras una etapa de novillera sin caballos en la que actuó en numerosas plazas en 2023 y 2024, fue en Aguilafuente en agosto de ese año donde cumplió su primera encerrona en solitario. “Fue una prueba para mi carrera y pude triunfar toreando para mi pueblo”, subrayó Casado de forma templada.
Después, llegó en diciembre el festival por los damnificados de la Dana en Vistalegre (Madrid), que tras cortar un rabo la catapultó hacia un primer plano tanto en la esfera taurina como mediática. “Sin duda supuso un antes y un después. Se me han abierto muchos caminos a partir de ese día. Era una puesta en escena muy importante para mí y lo recuerdo como el día más feliz de mi vida”, declaró.
En cuanto al debut con picadores, que tuvo lugar el pasado 9 de marzo en Olivenza (Badajoz), repasó un día marcado en la trayectoria de un torero, pero que tuvo sus anécdotas. “Fue bonito por presentarme en el escalafón, pero fue uno de los peores días de mi vida, siendo sincera”; dijo de forma distendida. “Estaba muy nerviosa. Además, se me olvidaron las manoletinas en casa y me dejaron unas de dos números menos del que uso”, se abrió ante sus paisanos.
A partir de ese momento, superó la veintena de festejos e hizo el paseíllo al lado de las figuras actuales. “Doy las gracias a todos los que se han querido anunciar conmigo. En especial, al maestro Morante de la Puebla, que en una temporada tan importante quiso que toreara con él varias veces e incluso en el festival de Madrid, donde corté dos orejas y que fue su última tarde. Estoy feliz por haber toreado tanto y en plazas tan importantes. Está siendo un camino duro pero muy bonito. Quiero tener un hueco en el mundo del toro. Ser torero es la profesión más dura de esta vida y yo quiero lograrlo”; explicó la novillera; y finalizó: «Estoy convencida de que lo conseguiré». Por delante tiene nuevos compromisos en Colombia y ya está anunciada en la próxima feria de Olivenza. La ovación de sus seguidores al término de la tertulia volvió a poner emotividad al encuentro. Fotos y mensajes de cariño se sucedieron antes de emprender un nuevo viaje a América.

El legado de los Lozano continúa
El encuentro de Aguilafuente, bajo la denominación ‘La mujer y el toro’, acogió a la voz femenina de una de las dinastías taurinas más importantes. Los Lozano. Hija del diestro Fernando Lozano, nieta del también torero Pablo Lozano, apodado ‘La muleta de Castilla’, y sobrina de los actuales propietarios de la Plaza de Toros de Segovia, Pablo y Luis Manuel, este último apoderado además de Andrés Roca Rey. Una saga unida también por la reconocida ganadería de Alcurrucén.
Asimismo, Isabel también es sobrina-nieta de José Luis, Eduardo y Manuel. ‘Manolo’, como le llamaban en el mundo del toro, hace un año por estas fechas llamó a ‘El Adelantado de Segovia’ impresionado por la cualidades de Olga Casado y vaticinó: “Va a ser figura del toreo y es de Aguilafuente”. Pese a arrastrar ya por entonces problemas de salud, trató de impulsar un festival en abril en Segovia, plaza que era de su propiedad, para que se presentara ante sus paisanos. La última ilusión de Manolo antes de fallecer en junio fue la novillera de Aguilafuente.
El viernes su sobrina-nieta evidenció el potencial de Casado. “Nos ha cautivado a todos. Además, tiene un mensaje maravilloso: ‘Quiero ser la mejor mujer torera de la historia’”, comenzó; y añadió: “Es todo un fenómeno en sí mismo. Lo que está pasado con ella no ha pasado en la vida. Por primera vez en la historia del toreo tenemos un torero con feminidad. Ese es el mayor talismán que tiene que custodiar Olga hasta que quiera. ¿Antes existía el toreo femenino? Pues ahora sí. Ha habido muchas mujeres toreras, pero que aspiraban a ser el torero y ahora tenemos una torera con feminidad”.
Isabel Lozano puso en valor la proyección de la novillera de Aguilafuente: “Con los antecedentes que tengo, si hubiera sido hombre probablemente hubiera elegido ser torero”. Esa visión realza aún más su consideración sobre Casado. “Nunca ha existido una mujer que toree así de verdad. Creo que nos va a brindar grandes tardes, ya que no va a prescindir nunca de sus virtudes y su talento nato”, expresó.
Con un carisma tremendo, habló también de “la suerte de pertenecer a una familia taurina”. “Mi abuelo era mi maestro y para mí fue un gran regalo educarme taurinamente”, aseguró; a la vez que indicó: “Amar al campo y al toro bravo es una vocación”. Y ahí está Isabel. El legado de los Lozano continúa.
