“No me corresponde valorar la decisión —la renuncia de Alfonso Reguera—; mi actuación fue denunciar no porque me importe personalmente lo que dijo el concejal sino porque creo que no se puede consentir esa conducta, y con cualquiera hubiera hecho lo mismo”. Así se pronunciaba ayer el oficial de la Policía Local de Segovia Ángel González García, que se ha convertido en protagonista involuntario de una crisis derivada de lo que el señala como situación “muy desagradable” que está sufriendo con estoicismo aunque reconoce que lo está pasando mal.
González García, delegado sindical de CSIF en el citado cuerpo de policía municipal, afirma que “no le deseo mal a nadie” pero tiene claro, aunque puntualiza que no es jurista y todo el asunto se tendrá que dirimir en sede judicial, de que la conducta del ya exconcejal socialista se produce como consecuencia de su participación en las movilizaciones y reivindicaciones que los miembros de la Policía Local protagonizaron el pasado mes de marzo.
Como se recordará, decenas de agentes irrumpieron en la grada del público del Salón de Plenos cuando la corporación celebraba la sesión ordinaria de ese mes para pedir mejoras salariales y pedir la dimisión de Reguera por unas declaraciones anteriores del concejal que estos funcionarios públicos consideran falsas y menospreciaban su trabajo, aunque el edil dijo que se habían malentendido.
Se da la circunstancia que durante el mandato corporativo de 2011-2015, Alfonso Reguera fue concejal de Seguridad Ciudadana y por lo tanto responsable directo hasta 2012 de la Policía Local, área que tuvo que dejar cuando se produjo la renuncia del concejal José Llorente, hasta entonces delegado de Urbanismo y Obras.
