Llegar a mesa puesta siempre es un placer pero si además te encuentras dispuesta una carta de platos a la altura de los paladares más finos y de los estómagos más exigentes, estás ante un auténtico recital de sensaciones capaz de conquistar todos los gustos. Esta escena se ha vivido esta mañana en el Restaurante Convento de Mínimos donde se ha celebrado la cuarta y última fase zonal del Concurso de Cocina de Restauración que organiza la Federación Nacional de la Mujer Rural.
En esta última etapa clasificatoria, correspondiente a la zona de Segovia, ha aumentado la participación de cocineras y han dominado los postres sobre los primeros y segundos platos, que juntos no han llegado al 50 de las propuesta culinarias. Un total de 31 platos han sido presentados por concursantes de Carbonero de Ahusín (4), Marugán (5), Mudrián (3), Sauquillo de Cabezas (1), Segovia (7), Turégano (1), Valleruela de Sepúlveda (8), Villacastín (1), Zamarramala (1).
La elevada participación y la calidad de los platos ha generado una difícil tarea para el jurado integrado por Manuel Amoedo Extremadoaro, Antonio Pajón, María Luisa Duque, Teresa Herranz de Contreras, Andrés Torquemada, Elena García Gil y Juana Borrego. A última hora de la mañana aún no se conocía el fallo del jurado y se mantenía la intriga sobre la lista de concursantes que pasarán a la prueba final, a celebrar en el Restaurante La Floresta de Segovia el 27 de abril.
Puede que por la coincidencia de fechas, las mujeres que han participado en la fase de la zona de Segovia del concurso de FEMUR se han decantado por la cocina cuaresmal y de Semana Santa, de forma que no ha faltado ni el potaje, ni la tortilla de bacalao, ni las bandejas de florones y torrijas. En términos generales esta última fase eliminatoria ha sido aprovechada por varias concursantes para rendir homenaje a la “cocina de abuela”, ya que la mayoría ha sacado recetas familiares, trasmitidas entre varias generaciones y aprendidas directamente en el ambiente doméstico.
