El presidente estadounidense, Barack Obama, realizó ayer una visita histórica a Ghana con el propósito de demostrar que el continente africano tiene la oportunidad de ser rescatado de la marea de pobreza, caos y violencia que han terminado por convertirse, década tras década tras década, en una constante histórica.
El mandatario experimentó el cariño de los ciudadanos de una nación que ha terminado siendo puesta como modelo a seguir por el resto de los Estados de esa zona del planeta en términos de prosperidad y desarrollo económico y social. Así, en su discurso ante el Parlamento ghanés y respaldado por su homólogo, John Atta Mills, Obama realizó un llamamiento a toda África para que mejore la gestión y se corresponda con la ayuda al desarrollo destinada a la región por el resto del planeta, y defendió una mayor responsabilidad de los propios ciudadanos de dicho territorio en la tarea de erradicar la guerra, la corrupción y las enfermedades que asolan al continente.
Antes de la visita, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, resaltaba la importancia de este viaje para el demócrata no solo de cara a «articular una visión en torno a África», sino también por sus vínculos con la región, ya que su padre es de allí. «Parte de la razón del destino es porque ahí existe una democracia funcionando, un presidente que aborda con seriedad la tarea de reducir la corrupción y cuyas políticas han derivado en un significativo crecimiento económico», indicó.
La elección de este país es bastante simbólica por el relativo éxito con el que la nación ha atravesado una fase de transición que ha culminado con la victoria de un candidato opositor en unos comicios considerados libres y limpios. No obstante, las garantías democráticas distan mucho de estar completamente desarrolladas.
Para Obama, el desarrollo de África depende «de la buena gobernanza». «Ése es el ingrediente que ha faltado hasta ahora en muchos lugares, desde hace demasiado tiempo. Ése es el cambio que puede desatar el potencial del continente. Y ésa es una responsabilidad que solo pueden asumir los africanos», afirmó Obama en su discurso ante el Parlamento.
El propio presidente ghanés, John Atta Mills, manifestó su agradecimiento por el gesto que supone la visita del inquilino de la Casa Blanca. «Nos gusta el gesto positivo que supone esta visita. Nos anima a consolidar los logros que hemos alcanzado en nuestro proceso democrático», afirmó Mills.
En su intervención cameral, Obama esbozó las líneas generales de su política exterior para África y destacó la importancia de gestionar adecuadamente el auxilio de Estados Unidos y otros países al continente. «El auténtico indicio del éxito no es que seamos una fuente de ayuda que permita a la gente sobrevivir, sino que seamos socios en el desarrollo de la capacidad de cambios transformadores», declaró.
El mandatario arremetió contra otros males endémicos del continente, como la corrupción o las violaciones de los Derechos Humanos, males que, advirtió Obama, suponen un obstáculo para el crecimiento y el desarrollo de África.
