Un recorte de cuatro billones de euros del déficit del país. Eso es lo que pretende el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con el plan de ajustes que presentó ayer. Para conseguir el objetivo, el dirigente fija un plazo de 10 años.
La propuesta que el demócrata lanzó desde los jardines de la Casa Blanca contempla un incremento de los ingresos del Estado en 1,5 billones de dólares, procedente del aumento del impuesto para los individuos más acaudalados y la eliminación de la mayor parte de las exenciones que se les concedió durante la Presidencia del republicano George W. Bush. Otros aproximadamente dos billones de dólares provendrán de reducciones en los gastos del Gobierno. En este apartado se engloban los 1,1 billones de dólares que ahora se gastan en las guerras de Afganistán e Irak, los 580.000 millones en ahorros en los programas de asistencia sanitaria para la tercera edad, y unos 430.000 millones en el servicio de la deuda nacional porque, según el plan, el país necesitaría menos préstamos.
Aún antes de que Obama explicara su plan con el que pretende recuperar el apoyo de las clases medias de cara a su reelección en 2012, el Partido Republicano, que tiene mayoría en la Cámara Baja, expresó su rechazo.
El representante Paul Ryan, republicano de Wisconsin y presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara Baja, sostuvo que a Obama le anima un espíritu de «lucha de clases», lo que puede ser bueno, dijo, para sus aspiraciones políticas, pero resulta «nefasto» para la economía.
El jefe del Ejecutivo norteamericano, sin embargo, defendió que sus propuestas son simplemente una «cuestión de equidad». Según el demócrata, «no es correcto que en este país un maestro o una enfermera o un obrero de la construcción, que gana 50.000 dólares al año, pague impuestos más altos que alguien que gane 50 millones».
El plan de Obama tendrá que ser analizado ahora por el super comité bipartidista creado en agosto a raíz del compromiso de última hora que puso fin a la querella sobre el límite de la deuda. Este órgano inició sus trabajos la semana pasada y debe concluirlos a finales de noviembre con propuestas específicas para una reducción de al menos 1,3 billones de dólares en el déficit de la próxima década.
Estas medidas, tanto el plan presentado por el presidente como los ajustes anunciados en los meses anteriores, derivan del aumento del déficit del país en los últimos tres años. Así, está previsto que en 2011 registre un déficit de uno 1,6 billones de dólares que equivale al 11 por ciento el PIB.
