Rodeado de estudiantes, la mayoría de ellos hispanos, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, urgió ayer al Congreso a que apruebe una reforma migratoria «integral y de sentido común», porque, según agregó, «es hora» de llevarla a cabo.
«Ha llegado el momento», insitió el inquilino de la Casa Blanca, quien repitió hasta cuatro veces esa misma frase para enfatizar su mensaje ante un auditorio en el que, posteriormente, se escucharon gritos en español con el lema «Sí se puede», la traducción del Yes we can con el que el demócrata logró su primera victoria en las presidenciales de 2008.
El plan de Obama data de su primera legislatura, aunque no pudo finalmente llevarlo a cabo, y pretende legalizar a los más de 11 millones de indocumentados que residen en Estados Unidos.
«No podemos permitir que la reforma migratoria se quede en un debate sin fin», indicó, para agregar que «es hora de hacerlo para reforzar nuestra economía y el futuro de nuestro país».
El presidente calificó de «alentador» un acuerdo marco anunciado el pasado lunes por un grupo de senadores demócratas y republicanos para avanzar en el tema, aunque advirtió de que si el Congreso no se pone de acuerdo sobre este espinoso asunto, enviará un proyecto de ley para que sea votado por el legislativo.
Pese a todo, se mostró esperanzado y destacó que ahora, «más que nunca», existe un «terreno común». «Las diferencias están menguando, está emergiendo un amplio consenso» acerca de la necesidad de llevar a cabo la reforma.
Asimismo, destacó que «esto no es un debate político, sino humano» y avisó de que cuanto más cerca esté el acuerdo, «más emocional se va a volver». «Debemos evitar el conflicto de nosotros contra ellos porque al final alguien siempre se olvida de que los que hoy somos nosotros antes éramos ellos».
