Fría y austera acogida ayer de los palestinos al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tras su visita previa a Israel y su compromiso por la seguridad del Estado judío. En ese contexto, el máximo mandatario de la primera potencia mundial criticó en Ramala (Cisjordania) los planes del Gobierno israelí de construir nuevos asentamientos en una zona próxima a Jerusalén, que partiría en dos el futuro Estado palestino, asegurando que «no cuadran» con la voluntad expresada esta misma semana por su primer ministro, Benjamin Netanyahu, de alcanzar una solución de dos Estados. «Se lo he dicho al primer ministro Netanyahu, no creo que sea un secreto», indicó en la rueda de prensa posterior a su encuentro con el presidente palestino, Abu Mazen.
El líder estadounidense aseguró que tanto su Administración como las anteriores han dejado claro a las autoridades de Israel que «no consideran constructiva la actividad continuada de asentamientos» ni «algo que permita avanzar en la causa de la paz».
Al ser preguntado sobre si habría que congelar las construcciones en los asentamientos, el mandatario replicó que si se pretende «tener todo desde el principio, entonces nunca vamos a llegar a la cuestión más general: cómo se estructura un Estado de Palestina que sea soberano, contiguo y que dé dignidad a los ciudadanos, y cómo se proporciona confianza a Israel sobre su seguridad».
«Eso no quiere decir que los asentamientos no sean importantes, sino que si resolvemos esos dos problemas, entonces la cuestión de las colonias hebreas se resolverá», puntualizó.
Por otra parte, Obama recalcó que «EEUU está profundamente comprometido con la creación de un Estado soberano e independiente de Palestina», subrayó.
En este sentido, advirtió de que «el único modo de alcanzar ese objetivo son las negociaciones directas entre israelíes y palestinos». «No hay ningún atajo a una solución sostenible», defendió, incidiendo en la necesidad de que «los contactos bilaterales comiencen».
«No podemos abandonar la búsqueda de la paz, hay mucho en juego», recordó el estadounidense, que considera que «todavía existe la posibilidad de una solución».
Por su parte, Mazen, que dijo estar «encantado» de poder recibir a Obama «en nuestro país», defendió que «la paz no debe alcanzarse mediante la violencia, la ocupación, los muros, los asentamientos, las detenciones, el asedio y la denegación de los derechos de los refugiados».
El presidente palestino aprovechó las preguntas a Obama sobre los asentamientos para subrayar que «no es solo nuestra percepción que las colonias son ilegales», sino que «todo el mundo las considera un obstáculo para una solución razonada de dos Estados».
Cuando los palestinos piden que se suspenda la construcción de casas para los colonos, «no están pidiendo nada fuera de la legitimidad internacional», concluyó.
