El presidente de EEUU, Barack Obama, lo tiene claro. El hecho de que Osama bin Laden pudiera permanecer durante cinco años oculto en su complejo de Abbottabad, a apenas dos horas de distancia en carretera de la capital de Pakistán, Islamabad, solo tiene una explicación: el terrorista contaba con una «red de apoyo» en el país sudasiático.
Así lo aseguró el dirigente el pasado domingo en una entrevista, en la que apuntó que las autoridades de Washington desconocen «quién o qué tipo de red es. No sabemos si puede haber sido alguien de dentro del Gobierno o personas de fuera del mismo», subrayó.
El inquilino de la Casa Blanca reconoció, además, que la operación que mató al líder de Al Qaeda, «de no haber dado con él, hubiera tenido significativas consecuencias». Y es que Obama explicó que aprobó la ofensiva sin estar seguro de que el terrorista saudí estuviera en su refugio. «Al final del día, todavía era una situación de 55/45. Quiero decir, no podíamos decir definitivamente que estuviera allí», manifestó.
«Me dije que si teníamos una buena oportunidad, si no de derrotar completamente a Al Qaeda de inutilizarla notablemente, entonces merecía correr los riesgos políticos así como los riesgos para nuestros soldados», agregó.
Además, con respecto a la polémica surgida en torno a la necesidad de matar a Bin Laden, el presidente sentenció que «cualquiera que se cuestione que el autor de una matanza en suelo estadounidense no merecía lo que tuvo, necesita ser examinado de la cabeza».
Asimismo, el mandatario confesó lo nervioso que estaba mientras veía el desarrollo de la operación desde la Casa Blanca, acompañado por altos funcionarios de seguridad. «Fueron los 40 minutos más largos de mi vida, con la posible excepción de cuando mi hija Sasha tuvo meningitis con solo tres meses», reveló.
Por otro lado, la ola de desconfianza hacia Pakistán que ha levantado el hallazgo de que el saudita se encontraba en su territorio amenaza la generosa ayuda que Islamabad recibe de la comunidad internacional, en especial de EEUU.
El país que gobierna Ali Asif Zardari es uno de los estados del mundo que más ayuda recibe de Washigton, con cerca de 2.000 millones de dólares anuales solo en concepto de cooperación militar, a los que se añade un compromiso de 1.500 millones anuales hasta 2014 para programas civiles.
Desde los atentados del 11-S, que sacaron al general paquistaní Pervez Musharraf del ostracismo y lo convirtieron en el nuevo socio del entonces presidente norteamericano, George W. Bush, en la guerra contra al terrorismo, Pakistán ha recibido de EEUU cerca de 18.000 millones de dólares, según datos oficiales de Washington.
Por ello, el Ejecutivo de Islamabad ya ha anunciado que investigará la presencia de Bin Laden en su país. El primer ministro, Yusuf Razá Guilani, aseguró: «Estamos decididos a llegar al fondo del cómo, el cuándo y el por qué de la presencia del líder de Al Qaeda en Abbottabad».
Guilani aclaró que las pesquisas estarán encabezadas por el teniente general Jave Iqbal y, pese al anuncio, insistió en que «las acusaciones de complicidad o incopetencia» a su país en relación con el caso «son absurdas».
En este sentido, criticó «los riesgos inherentes al unilateralismo» de Estados Unidos, que realizó el ataque sin la autorización previa del Gobierno de Islamabad, pero acabó reconociendo la «gran importancia» de las relaciones con Washington.
Mientras tanto, el ministro paquistaní del Interior, Rehman Malik, avivó aún más la polémica sobre las contradicciones en la operación de hace una semana. Así, afirmó que supo de la ofensiva de EEUU un cuarto de hora después de su inicio.«Me enteré de los planes militares norteamericanos en los primeros 15 minutos, pero no tenía ni idea de que tenía este objetivo (la muerte de Bin Laden)», aseguró Malik, aunque destacó que siempre hay coordinación en asuntos de seguridad y en las operaciones militares en el territorio del país asiático.
El político rechazó las informaciones que apuntan a que su gobierno proporcionó protección al terrorista: «No tiene ningún sentido. ¿Cómo podemos hacer eso a una persona que creemos que estuvo implicada en el asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto?», se preguntó.
