Las negociaciones para la fusión entre Caja España y Caja Duero han encallado después de una reunión de la comisión negociadora durante dos horas a lo largo de la tarde de ayer en el parador de Tordesillas que terminó sin acuerdo.
Representantes de ambas entidades y la Junta de Castilla y León se reunirán hoy en Madrid con directivos del Banco de España para informarles de la situación que califican «desencuentro» tras dos intensas reuniones. Al encuentro, que se produce a petición de Caja Duero, asistirán, por parte de esta entidad su presidente, Julio Fermoso, y su director general, Lucas Hernández, mientras que desde Caja España acudirán el presidente, Santos Llamas, y el director general adjunto, Javier Ajenjo. La viceconsejera de Economía, Begoña Hernández, representará los intereses de la Junta de Castilla y León.
El objetivo de la reunión es informar de primera mano al organismo supervisor de las razones por las que las negociaciones han encallado, pero también recabar la opinión del Banco de España sobre esta situación y las posibilidades de salir del atolladero.
En el fondo de la cuestión, Caja España y Caja Duero tienen una concepción diferente de la fusión. La primera entidad apuesta por la dualidad en determinadas áreas estratégicas de la caja resultante y un reparto a dos de las diferentes áreas, mientras que la segunda quiere una «caja sólida y eficiente», con un núcleo ejecutivo fuerte y arropado por las distintas direcciones generales y todo ello con una única sede: Salamanca.
La negociación está encallada, según distintas fuentes, y la reunión en Tordesillas sólo ha servido para constatar la falta de acuerdo hasta el punto de que las posiciones que mantienen unos y otros son «irreconciliables hoy por hoy».
Caja Duero considera que ha hecho una propuesta «equilibrada y razonable» para el posicionamiento de cada una de las dos entidades en el mercado financiero.
Según fuentes de Caja España, la propuesta que de nuevo ha hecho Caja Duero en la mesa de negociación es «difícil de aceptar» porque en la práctica supondría dejar en Salamanca el 70 por ciento de todas las divisiones de la nueva entidad resultante de la fusión y sólo el 30 por ciento en León.
Asimismo, el presidente de Caja España, Santos Llamas, lamentó la «falta de acuerdo», aunque aclaró que las negociaciones «no están rotas», sino que existen discrepancias en el «equilibrio de las áreas de negocio», explicó.
Santos Llamas confió que el acuerdo entre las partes se produzca porque «es un mandato que nos ha dado la sociedad, un mandato de la Junta y del Banco de España», aclaró. Llamas no rechazó la posibilidad de seguir negociando, aunque puso como condición la existencia de «sentido negociador».
Caja España celebrará hoy un consejo de administración para informar a sus miembros sobre el proceso, mientras que Caja Duero lo hará mañana en el consejo ordinario convocado previamente.
