Anteriores corporaciones municipales socialistas, en tanta parte mediatizadas y condicionadas por los votos de la minoritaria IU, tanto que quien ha gobernado de facto el consistorio segoviano ha sido el único, o el par de concejales de este partido, decidieron suspender el acuerdo Concejo-Obispado de mantener servicios religiosos en nuestro cementerio-campo santo del ‘Ángel de la Guarda’.
Es tradicional que en España, y así mismo en Segovia, este partido político se oponga a unos servicios y cultos que para nada a ellos les obliga ni afecta, y que tanto ayudan y consuelan al pueblo, mayoritariamente católico y creyente.
Hemos ido viendo cómo, al tiempo que erigían monumentos “a los defensores de las libertades y la democracia”, derribaban cruces y lápidas que rogaban una oración por los “caídos por Dios y por España”, nos retiraban capellanes de centros públicos, nos quitaban el consuelo de la imagen del crucificado en lugares y tiempos de especial debilidad, dolor o duda, como prisiones, hopitales, cuarteles o aulas, o se ponían trabas a tradicionales cultos públicos…En Segovia es tan reiterada la queja, por IU, de la renovación del voto a San Roque por el alcalde como representante del pueblo, que ya contamos con que a la solemne, popular y populosa renovación del voto que hace siglos prometió el pueblo angustiado por la terrible peste que se llevó a 12.000 segovianos, vaya como inevitable secuela la queja de la minoritaria representación ciudadana de IU. en el consistorio de que el alcalde participe en un culto católico.
Aducen que España es un país aconfesional, que no laico ni laicista, por lo que los representantantes públicos no deben participar oficialemnte en cultos religiosos, porque no todos los españoles, en el caso comentado los segovianos, somos católicos.
El caso es que sí lo somos la mayoría, por lo que la Constitución de “todos” pide tal colaboración, muy especialmente para la católica, pero además tampoco todos somos deportistas, futboleros o atletas, y pagamos instalaciones deportivas, ni todos somos consumados lectores y pagamos bibliotecas, ni todos somos partidarios del carnaval y su variopinta parafernalia, y subvencionamos actos y comparsas, ni, por supuesto, todos somos sindicalistas, ni estamos en CC.OO, partido anexo a IU, y sí tienen pingües subvenciones del Estado.
Por todo lo susodicho considero lógico y plausible que la actual corporación municipal devuelva a los segovianos el consuelo y seguridad de los servicios espirituales, como encomiable es que se abran a apoyarlos entre las, aunque minoritarias, comunidades religiosas musulmana, ortodoxa o evangelista, dentro de las razonables proporciones de fieles de estos colectivos.
Para los no creyentes nada cambia, pero para quienes, aunque la despedida de seres queridos no deja de ser traumática, tenemos el consuelo de no ser adiós definitivo, sino temporal hasta luego, agradecemos el acompañamiento de la Iglesia y el regalo de servicios espirituales que interceden por el difunto y consuelan a sus deudos, que por la fe y la esperanza la Iglesia no llora el dolor de la muerte, sino que canta el triunfo de la Vida, pidiendo que nuestros difuntos tengan reposo eterno, felicidad infinita y luz perpetua.
