Se nos marchó uno de los agentes de jugadores más poderosos que ha dado la historia del fútbol. Murió a la edad de 54 años al no superar una grave enfermedad. “Es la segunda vez que me entierran en cuatro meses, -decía-, pero no supero la tercera”, dado su estado de salud.
Mino Raiola nació en Italia en 1967, y con un año de edad se trasladó con su familia, a los Países Bajos. Hizo de ‘chico para todo’ en la pizzería de sus padres. Siempre se apasionó por el futbol, aunque su carrera como jugador fue de corto recorrido, no pasando de juveniles de un club donde después ejercería de director deportivo.
Estudió Derecho, carrera que cursó solo 2 años. Pasó a expandir el negocio familiar de pizzas, hasta tener varios restaurantes. Hablaba 7 idiomas, y empezó su carrera como agente independiente tras trabajar durante unos años en una agencia neerlandesa.
Fue clave para su carrera el fichaje de Dennis Bergkamp, al Inter de Milán procedente de Ajax. Su método era el de la antigua usanza, relacionarse fuertemente con los jugadores para ganarse su amistad. Terminó representando a los mejores del mundo.
El gran trato con los jugadores contrastaba con la difícil relación que mantenía con los clubes. Su sistema de comisiones en los traspasos, dadas las cláusulas que introducía en los mismos, le llevó a embolsarse 40 millones de euros. Cambió radicalmente todo el mercado futbolístico de traspasos y renovaciones de contratos, llegando a crear un sistema de ‘subastas’ para sus jugadores, en busca del mejor postor. Sus maneras no gustaban nada en los despachos, llegando a acudir habitualmente a las reuniones en chándal o bermudas.
