Los guionistas de ‘Pasapalabra’ pueden inspirarse para su próximo rosco en Aldán. «Con la A: nombre de cinco letras de origen gallego que solo tienen 229 personas en España», podría venir a ser el enunciado. Porque no, no solo Aldán es el nombre de un pueblo situado en la provincia de Pontevedra, sino también el de 229 varones de toda España. Fundamentalmente, niños, puesto que, según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), la media de edad de quienes lo llevan es de 9,4 años. Residen, sobre todo, en las cuatro provincias gallegas, si bien hay también quien lleva este nombre y vive en Madrid o Barcelona. Es de suponer que por cosas de la morriña…
No en vano, el nombre de Aldán está estrechamente ligado a Galicia, precisamente, por el municipio que antes se ha mencionado, un pueblecito costero que baña la Ría de Aldán, uno de los enclaves más profundos de la Ría de Pontevedra, que pertenece al municipio de Cangas del Morrazo y que, además de contar con una profunda tradición marinera, en clave deportiva es también importante, puesto que es la localidad de la que son oriundos los piragüistas David Cal, uno de los deportistas españoles más laureados en los Juegos Olímpicos, merced a sus cinco medallas olímpicas (un oro y cuatro platas), o Teresa Portela, la española que ha competido en más Juegos (siete), entre otros.
El topónimo como nombre y otros que vienen de la tradición
En la misma Galicia, existen otros topónimos utilizados como nombres propios, como Iria (en referencia a Iria Flavia), Ézaro (por la cascada) o Cíes (por las islas), aunque los dos últimos apenas están arraigados allí y son de nuevo cuño, con medias de edad por debajo de los seis años y menos de cien personas llamadas así en ambos casos. Es habitual, no obstante, usar topónimos para registrar a los niños, más allá de que pueda parecernos que tiene algo de esnobismo cuando sabemos de un Milan o de una Paris (no tanto de una África).
En esta línea, la tradición y la geografía marcan el nombre de algunas personas, desde Mar o Montaña, hasta Puerto, pasando por otros que tienen que ver con la historia de un lugar, como sucede con Pelayo en Asturias. Son solo una parte de los intentos de los padres por dotar de personalidad a sus hijos desde el mismo nombre, como si por llamarse César fuera a ser emperador o por ser Rodrigo fuera a ser como Díaz de Vivar. Por este mismo motivo, son muchos los nombres de nuevo cuño que aparecen en el Registro Civil y provienen, incluso, de películas o series (por ejemplo, en España hay 1.520 Leias…).
El pueblo de Burgos con los nombres raros
En Castilla y León, concretamente en Burgos, existe un pueblo, Huerta del Rey, que se hizo famoso en la primera década de los 2000 gracias a que Aquarius lo eligió para protagonizar una divertida campaña publicitaria, en la que los vecinos salían recitando sus nombres. Lo hicieron porque eran raros, como así atestiguó el Encuentro Internacional de Nombres Raros que allí se celebró. Filogonio, Eufronia, Filadelfio, Canuta o Digna Marciana eran algunos de los nombres de los vecinos de este municipio burgalés, que forma parte del Camino del Cid y está enclavado en la Sierra de la Demanda.
La razón de que tuvieran estos nombres tan poco comunes tiene que ver con la historia del propio municipio, donde a finales del siglo XIX había mucha gente que compartía nombre, apellido o incluso en plural, nombres y apellidos, dado que muchos eran familia, lo cual suponía un problema a la hora de entregar el correo. Entonces, el secretario del Ayuntamiento desempolvó el martirologio romano como fuente de inspiración para los vecinos, que empezaron a nombrar a sus hijos con soluciones sacadas de él. Aunque sonaran raras.
