Las sensaciones de la coordinadora de la Fundación Don Juan de Borbón, Noelia Gómez, tras concluir la reunión del patronato mantienen su incertidumbre sobre el futuro a medio plazo de una institución a la que llegó cargada de ilusiones hace poco más de dos años y que ahora son reemplazadas por el desánimo y la frustración al no poder llevar adelante un proyecto que inicialmente se había planteado a cinco años vista.
Gómez muestra su predisposición a poner sobre la mesa el modelo de gestión de la Fundación, y en ese sentido ha recordado el esfuerzo realizado en los dos últimos años, tal y como publicaba El Adelantado el pasado 3 de diciembre. Así, las cifras facilitadas ayer al patronato señalaban que el Ayuntamiento aportaba en 2018 el 84,5% del total, mientras que en 2019 se reducía en 12 puntos para alcanzar el 72,3%, y las previsiones para este año eran llegar al 69,5%, fruto del espectacular aumento del patrocinio público y privado, que en poco más de dos años se ha incrementado un 1.073% para pasar de los apenas 7.000 euros contabilizados en 2018 a los 72.583 previstos en marzo de 2020.
De este modo, la aportación de las entidades públicas y de la participación privada e ingresos propios en el alcance económico también ha crecido de la misma forma que se ha ido reduciendo la del Ayuntamiento. Así, las instituciones públicas han pasado de aportar el 9,6% en 2018 al 16,4% en 2019, y esperaban alcanzar este año el 19 por ciento, mientras que la participación privada creció desde el 5,9 hasta el 11,3 por ciento, y subir dos décimas más este año para alcanzar el 11,5%.
Estas cifras, planteadas por la coordinadora en la reunión de ayer, parece no haber convencido a patronos como el edil de Podemos Guillermo San Juan, que “ha dejado claro que no defiende este modelo de gestión cultural”, asegura Gómez. “Hay que tener en cuenta que la cultura cuesta muchos años cimentarla y pocos meses destrozarla “, precisa.
Gómez lamenta que una parte importante del recorte del presupuesto de la Fundación para 2021 se centre en los gastos de funcionamiento, y de forma expresa en el salario suyo y del personal a su cargo. A este respecto, señaló que los dos trabajadores –secretaria y contable- “llevan diez años con el salario congelado”, mientras que en su caso, la retribución viene marcada por el concurso público con el que accedió a este cargo para un periodo de cinco años. De este modo señaló que los recortes “no son a la fundación, sino a la cultura”, ya que los gastos de gestión son decisivos a la hora de poner en marcha los proyectos artísticos y divulgativos que desarrolla la FJB.
Además, señaló que “mi plaza es un puesto cualificado, para el que presenté un proyecto y que requiere una gran formación para la que estoy acreditada”, y expresó su perplejidad por la actitud del concejal de Podemos al asegurar que “no entiendo que una persona cuyo partido apoya a los trabajadores nos esté asfixiando”.
