La selectividad altera la vida de las familias con estudiantes que quieren acceder a las enseñanzas universitarias. Son tres días en los que todos varían horarios de comida y sueño.
Los alumnos de los institutos más alejados de Segovia son los más afectados por los cambios. En las escaleras del IES “Andrés Laguna”, dos estudiantes de Ayllón comentaban la noche que habían pasado fuera de cada. Habían venido el día anterior a Segovia para dormir en la ciudad y no correr riesgo en el desplazamiento. Su compañeros se habían levantado a las seis y media de la mañana para iniciar el viaje y llegar antes de las nueve.
Los estudiantes de El Espinar también comentaban el “madrugón” a la vez que resaltaban el “ambientazo” que había en la selectividad. “No imaginábamos que íbamos a ser tantos”, manifestó con entusiasmo una alumna del IES María Zambrano. Mientras ellos se examinaban, padres y madres esperaban a las puertas de la sede de examen. Los tutores que ejercieron de chofer, acompañante, enfermero y profesor quedaron muy desplazados a la hora de la comida, cuando los jóvenes prefirieron reunirse en grupo con sus ‘colegas’.