La Gimnástica Segoviana lleva camino de parecerse al buen equipo que se clasificó para la fase de ascenso en la pasada campaña, la primera a las órdenes de Santi Sedano. Esa es la primera conclusión que ha de extraerse del encuentro que en la tarde de ayer empató el conjunto azulgrana frente a un afortunadísimo Real Ávila, que cuando estaba muy cerca de asumir una nueva (y justa) derrota en el campo de La Albuera, se encontró con un regalo en forma de balón no despejado para anotar un gol tramposo, no por el hecho en sí, sino porque consiguió que el resultado final empañara el serio trabajo que realizó el equipo de casa.
Que físicamente la Segoviana no está para aguantar todavía los noventa minutos de partido es algo obvio teniendo en cuenta la atípica temporada que realizó el conjunto gimnástico. Pero mientras duró el resuello de los locales, el equipo de Santi Sedano fue mejor que un Real Ávila que ofreció colocación, intensidad en la presión defensiva… y una clara ausencia de fútbol en el centro del campo, con evidentes dificultades para hacer llegar la pelota a Pito (delantero de los que desquician a cualquier defensor), Vicente o Barrera, que tenían que buscarse la vida ante una defensa local que, con la ayuda de Ricardo y Roberto, no hacía concesiones.
Ocho minutos tardó la Segoviana en avisar al portero Pindado, los que tardó Asier en botar una falta, y Roberto en peinar la pelota para que el meta abulense enviara el esférico a saque de esquina. Poco más tarde, el propio Pindado detenía otro remate de Asier, y se lucía en un lanzamiento lejano de Rubén que apuntaba directo hacia el 1-0.
El único arreón de juego del Ávila llegó pasado el primer cuarto de hora, cuando en un par de contragolpes, Vicente mandaba un balón a la piscina municipal, y Pito se quedaba mucho más cerca, cruzando en exceso su remate cuando estaba en buena posición para marcar. Pero lo cierto fue que el líder de la competición no hizo gala de un juego ni mucho menos fluido, y que en cuanto desprotegió un poco su defensa se encontró con el 1-0, después de que Asier iniciara su ataque en diagonal, y viera perfectamente a Rubén, que en posición correcta superó a Pindado en su salida.
Durante toda la primera parte, la Segoviana había maniatado al Ávila a base de orden y esfuerzo físico, pero en los primeros minutos del segundo período el conjunto azulgrana comenzó a pagar caro ese esfuerzo, y Sedano tuvo que cambiar a Íker, que dejó detalles de clase, y a Roberto, que acabó lesionado, para reforzar el centro del campo con Manu y Alex. Tras unos minutos de dudas, la Segoviana volvió a crecer en el partido, tanto por el aporte de los hombres de refresco, como porque el Ávila apostó de manera clara por el juego directo buscando una segunda acción que pudiera acercarles con ventaja hacia la portería de un Iván que realizó su primera parada en el minuto 68 tras un remate lejano de Trujillo.
Pero el paso de los minutos igualó el partido en lo que a físico se refiere, porque el Ávila fue paulatinamente perdiendo las fuerzas, y la fe en el empate, mientras que la Segoviana iba encontrándose cada vez más espacios, aunque mirando muy poco a la portería de Pindado, fiándose de que su intensidad defensiva, y el escaso fútbol de ataque de los visitantes, podía darles la victoria. El ex-granjeño Emilio tuvo el empate en sus botas, pero su lanzamiento de falta se estrelló en la barrera azulgrana.
Pero, en la última jugada del partido, una falta botada por el Ávila dejó el balón franco para que Borja le chutara hacia las nubes y el árbitro pitara el final. Pero el lateral azulgrana no lo hizo, y dejó el esférico en la frontal, donde lo recogió un delantero abulense, quien se lo cedió a Pito, que batió sin remisión a Iván. El Ávila se encontró con un premio tan grande como excesivo fue el castigo para el único error de la Segoviana.
