Un día después de la vorágine desatada por el procesamiento del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz de ex tres altos mandos de la Policía (uno de ellos, considerado el número tres del Ministerio del Interior) por el chivatazo a ETA, el ex titular de esa cartera Alfredo Pérez Rubalcaba salió del paso a las críticas de la oposición, que consideraba que está «inhabilitado» para ser candidato a la Presidencia del Gobierno asegurando que no tiene «nada de lo que arrepentirse» en su etapa al frente del departamento que ahora dirige Antonio Camacho.
Conocedor de que son muchos los dedos que le apuntan como cabecilla del caso Faisán, el socialista afirmó que, aunque respeta el proceso judicial, existen argumentos «suficientes» para entender que tiene «fallos jurídicos», al tiempo que incidió en que el caso ha producido tanto «escándalo político» porque él era ministro y ahora aspirante a la Moncloa. «Si hace cuatro años me hubiera ido del Gobierno y si hoy no fuera el candidato del PSOE, nadie hubiera hablado de esto jamás», explicó.
De este modo, Rubalcaba defendió la inocencia de su sucesor en Interior y recordó que, pese a los intentos del PP de involucrarle en el caso, el juez señaló que su testimonio «no interesaba» en la causa, y que, por lo tanto, no tiene «nada que ver» con el supuesto chivatazo.
«El problema no es Camacho, sino yo», insistió, para agregar que, en su vida política, no tiene «absolutamente nada que esconder» ni nada de lo que «arrepentirse», como algunos «desean que lo haga».
Asimismo, recordó que «todos» los presuntos etarras implicados en el caso fueron «detenidos» y, por tanto, «no hubo ningún problema en la lucha contra el terrorismo».
órdenes de arriba. Mientras el socialista justificaba así la labor de los tres altos cargos envueltos en el caso Faisán, el líder del PP, Mariano Rajoy, no quedó satisfecho con las explicaciones y manifestó que el Gobierno debe «decir la verdad» sobre el caso, al tiempo que expresó el respeto de su partido a las decisiones judiciales, «sean las que sean y nos gusten o no».
Así, aseguró que reclamará a Camacho que diga «si conocía o no la actividad del director general de Policía o si actuaba por libre y sin que lo supiera el secretario de Estado de Seguridad».
«Vamos a pedir transparencia, claridad y explicaciones, porque durante mucho tiempo se nos dijo que esto era una invención del PP, pero éste es un hecho muy grave», enfatizó, para agregar que «hay personas imputadas con responsabilidades muy importantes y están acusados de colaborar con ETA».
Por su parte, el secretario de Comunicación del PP, Carlos Floriano, insistía en que nadie puede creer que los funcionarios actuaran «de motu proprio» en la operación, por lo que consideró que «la zorra estaba cuidando del gallinero».
«Nadie se cree que quienes están en la trinchera de la lucha contra el terrorismo no recibieran ninguna indicación y que ahora sean ellos quienes vayan a asumir las responsabilidades», sentenció.
